El próximo 5 de septiembre, nuestra diócesis de Rancagua celebrará el Día del Migrante con misas en todas las parroquias, donde se rezará por esta realidad y se pedirá la colaboración de los fieles católicos para ayudar a Haití con ese aporte.
El obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto llamó a conocer y entender la realidad de la migración y en la medida que “si podemos dar trabajo, darlo, y como corresponde, cumpliendo las leyes, no aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de las personas; y si podemos, cuando nos piden ayuda -en la calle para comer- poder ayudar”.
“Jesús, la Virgen y San José vivieron la realidad de la migración, tuvieron que dejar su tierra, su patria, su familia, y llegar a una tierra desconocida, donde se hablaba otro idioma, con costumbres distintas, donde confiamos que recibieron apoyo y acogida, pero también en algunos casos, quizás, un poco de desprecio”, dijo el obispo diocesano.
Enfatizó que “nosotros como cristianos deberíamos entender la realidad de los migrantes: son hombres y mujeres adultos, jóvenes y ahora también tantos niños que deben dejar su tierra por diferentes situaciones, a veces, políticas, económicas, de tragedias que les ha tocado enfrentar y que buscan, a lo cual tienen derecho, un lugar donde vivir con más esperanza, con más paz”.
Finalmente, aseveró que “entre nosotros hay muchos hermanos haitianos que han sufrido mucho”.