Editorial

Jueves 30 de Septiembre del 2021

Cada año en el mes de octubre la Iglesia que camina en Chile dedica un tiempo a meditar sobre el valor de la familia. Por este motivo aprovecho esta columna para compartir con ustedes algunas ideas que conviene tener en cuenta para cuidar el tesoro grande que es cada una de nuestras familias, lo hago con algunos pensamientos del Papa Francisco. Nos enseña el Papa:

“La comunidad de la familia es el ámbito de socialización primaria, porque es el primer lugar donde se aprende a colocarse frente al otro, a escuchar, a compartir, soportar, a respetar, a ayudar, a convivir.”

“Es la familia donde se educa para saber vivir en comunidad, es en la familia donde se ha de enseñar a recuperar el valor de la vecindad, el cuidado, el saludo, es ahí donde se ha de romper el primer cerco del mortal egoísmo para reconocer que vivimos junto a otros, que son dignos de nuestra atención, amabilidad, afecto.”

El Papa también invita a tomar conciencia de los múltiples desafíos que enfrente la familia: “Me refiero, por ejemplo, a la velocidad con que las personas pasan de una relación afectiva a otra. Creen que el amor como en las redes sociales, se puede conectar o desconectar a gusto del consumidor o incluso bloquear rápidamente. Se traslada a las relaciones afectivas lo que sucede con un modo de proceder con los objetos y el medioambiente: todo es descartable, cada uno usa y tira, gasta y rompe, aprovecha y estruja mientras sirva. Después, ¡adiós!

Por eso, es preciso que el testimonio de las familias cristianas le recuerde al mundo que: “tener un lugar donde ir se llama hogar, tener personas a quienes querer se llama familia, y tener ambas es una bendición”

Esposo cuiden su amor, su respeto, su unión, sean el uno para el otro. Enseña el Papa: “en la vida matrimonial se discute, a veces incluso vuelan platos, pero les doy un consejo: nunca terminen el día sin hacer las paces:”

Fruto del amor de los esposos están los hijos: “En la familia, entre hermanos se aprende la convivencia humana. Tal vez no siempre somos conscientes de ello, pero es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo”.

En toda familia han de tener un lugar especial los mayores, los abuelos han de ser siempre muy importantes: “Una familia que no respeta y atiende a sus abuelos, que son memoria viva, es una familia desintegrada.

El Papa nos invita a todos a que defendamos la familia de todo lo que compromete su belleza. Que nos acerquemos a ella entendiendo que es un misterio de amor y lo hagamos con asombro, discreción, ternura.

Cuidemos cada una de nuestras familias, que con sus luces y sombras son lo más grande que tenemos y que cada uno de nosotros sepa aportar lo mejor de si para que ellas sean grandes y lo que Dios quiera que sean.  Dios bendiga nuestras Familias.