Monseñor, ¿Cuáles son los principales desafíos de la Diócesis para el año 2015?
El 2015 esperamos continuar con el tema de la Misión Territorial, pero ya con grupos más organizados que profundicen el apoyo a aquellas personas que acogieron la visita con mucho agrado y tratar, también, de seguir visitando los sectores en cada territorio parroquial que no se alcanzaron a visitar por falta de tiempo. Otro tema que nos va a ocupar fuertemente el 2015, es que la diócesis va a cumplir 90 años de existencia. Estamos generando una comisión para preparar este acontecimiento que será en el mes de octubre y que, sin duda, tiene que ser un hito para dar gracias a Dios por estos 90 años de diócesis y empezar a proyectarla hacia su primer centenario, que será, Dios mediante, el 2025, donde obviamente habrá otras realidades, otro obispo, pero debemos tener esta mirada de conjunto y colocar a nuestra diócesis en un estado de Misión Permanente. También este año se celebra la vida consagrada, lo que significa para nuestra Iglesia, reconocer nuestros religiosos, religiosas e institutos seculares, etc. Además se va a realizar el Primer Congreso Misionero Nacional en el mes de noviembre, con cerca de 500 personas de todo el país que se van a reunir en Punta de Tralca para, justamente, seguir abordando este proyecto de Iglesia en estado de Misión Permanente. El otro gran tema que debe preocuparnos es la cercanía al mundo de los que más sufren, la Iglesia tiene que ser una madre acogedora de todas las realidades humanas de sufrimiento: los ancianos, los enfermos y los más pobres, están en el corazón de la Iglesia, por lo tanto, la Pastoral Social y Caritas diocesana y la pastoral de la cada parroquia, deben tener permanentemente esta preocupación por los que más sufren. Así que hay hermosos y grandes desafíos que nos esperan para este año 2015.