Cientos de peregrinos llegaron durante la jornada del 8 de diciembre al Santuario de La Compañía y de Puquillay, ambos bajo la advocación de María Inmaculada; además los fieles demostraron su fervor en las distintas parroquias de la Diócesis de Rancagua hasta donde llegaron para celebrar a la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
Expresiones de alegría y agradecimiento por poder asistir presencial fueron la tónica en esta fiesta de amor, fe y gratitud a la Virgen. Muchos llegaron a pagar sus mandas y otros a pedir un favor a la Madre.
Cabe recordar que el año pasado, producto de la pandemia, no se pudo hacer una masiva celebración en los Santuarios de la Diócesis de Rancagua. Este año, muchas personas –sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos, agentes pastorales, laicos; y personal de la Municipalidad de Graneros- trabajaron para implementar una serie de medidas que permitieran concretar la presencia de los peregrinos en esta gran fiesta, respetando siempre los aforos, el uso de mascarillas, alcohol gel y la distanciamiento social, entre otras instrucciones.
La fiesta comenzó el día 7 de diciembre, a las 20 horas, con la celebración de varias misas y un homenaje que dio paso a la vigilia con canto a los divino, que se desarrolló desde las 00:15 horas hasta las 4 a.m. para iniciar la celebración de las misas cada una hora, hasta las 19 horas.
En la Compañía, el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto, celebró la Santa Misa de las 11 horas. Mientras que el Nuncio Apostólico, monseñor Alberto Ortega Martín, la celebró a las 12 horas.
La fiesta también se desarrolló en el Santuario de Puquillay, donde a partir de las 5 a.m. comenzaron a llegar peregrinos para participar de las misas que se desarrollaron desde las 6 hasta las 20 horas, cada una hora.
Además, procesiones, caravanas y misas se desarrollaron en las distintas parroquias de la Diócesis de Rancagua para agradecer la intercesión de la Virgen.