El obispo de Rancagua, monseñor, Guillermo Vera bendijo la ampliación del cementerio parroquial de Requínoa. En la ceremonia también participaron el alcalde de Requínoa, Waldo Valdivia; el provincial de la comunidad de los Padres Josefinos de Murialdo, padre Mario Aldeani; y al padre Christian Giadach, además de concejales y otras autoridades.
El párroco de la parroquia san José de Requínoa, padre Eduardo León, explicó que este pabellón está compuesto de 265 nichos. Mientras que la segunda etapa, que se iniciará a fin de año, se construirán 212 nuevos nichos.
El sacerdote afirmó que “con estas ampliaciones cubriremos la sepultación requerida para nuestro querido pueblo, por cuatro años”. Aseguró que “dentro de nuestros planes a mediano plazo, está la adquisición de un terreno, que permitirá construir cuatro pabellones de nichos, cubriendo así, 15 años adicionales de necesidad de sepultación”.
El párroco dijo que “no puede dejar de agradecer a Dios, en primer lugar, por habernos concedido llevar a cabo este proyecto tan anhelado; también a Cristóbal Riesco y su equipo, que estuvieron a cargo de la construcción de los nichos, al padre Christian Giadach y su equipo en la administración del cementerio; a Cristóbal Figueroa, miembro del Consejo Económico de la parroquia, que estuvo a cargo de la administración del proyecto, a Marcela Barraza, panteonera del cementerio; a Hugo, su ayudante, y a cada uno de los miembros de la comunidad parroquial que han contribuido a que este sueño nuestro se hiciera realidad”.