Ante el obispo diocesano, monseñor Guillermo Vera, y con la presencia de los miembros del consejo de gobierno, el padre Juvenal Galaz realizó, el miércoles 16 de marzo, su promesa de fe como vicario pastoral de la Diócesis de Rancagua.
El padre Juvenal fue nombrado como Vicario Pastoral por decreto el pasado 14 de enero.
En esa oportunidad, el padre Juvenal, actual párroco de la P. San Antonio de Padua de Chépica, señaló que “recibe esta responsabilidad con mucha esperanza y sabiendo que cuenta con la confianza del obispo diocesano, sus hermanos sacerdotes y fieles”.
Señaló también que “muchos agentes pastorales, tanto de su parroquia como de otras, le han llamado para ofrecer su ayuda y eso lo tiene muy motivado”.
Explicó que la labor de vicaría pastoral consiste en dar armonía al trabajo de las distintas instancias diocesanas, como son la catequesis, las misiones, la pastoral vocacional, la pastoral social, educación, los movimientos, entre otras, por un proyecto común que es la evangelización.
Entonces, dar fluidez al trabajo pastoral y que éste sea integrado es una de sus prioridades.
Cada departamento e instancia pastoral- argumenta- desde lo específico de su labor confluye en una única misión que es hacer presente el Reino de Dios.