- El padre Juvenal Galaz Rubio, párroco de Chépica, señaló con este hito comenzó la celebración de los 200 años de la parroquia, que será el 2024
Con una procesión encabezada por el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, en la que se llevó de vuelta al templo a la imagen de San Antonio de Padua, comenzó la misa solemne de celebración de la fiesta patronal de la parroquia de Chépica, este lunes 13 de junio.
Autoridades comunales, religiosas, estudiantes, y fieles de la parroquia participaron de esta tradicional eucaristía, que fue celebrada por el obispo y concelebrada por los sacerdotes Juvenal Galaz, su párroco; Claudio Fuenzalida; Alejandro Fredes, Richard Muñoz y Cristián Catalán.
El peregrinaje de San Antonio comenzó hace más de un mes, para visitar las comunidades de: Candelaria III, Candelaria I, La Ruda, Las Alamedas, Rinconada de Jáuregui, Rinconada de Meneses, Rinconada de Navarro, El Carmen, El Cuadro, Las Arañas, Uva Blanca, Las Hijuelas, La Mina, El Boldal, Quinahue, Lima y Chépica Abajo.
En su homilía el obispo Guillermo Vera destacó la tradición de fe de este pueblo e invitó a todos a sentirse alegres de ser cristianos. Destacó además el llamado a la santidad que hace Dios a cada uno. “Antonio, un hermano nuestro, se tomó en serio el seguir a Jesucristo”, dijo.
Celebración de los 200 años
El padre Juvenal Galaz Rubio, párroco de Chépica, señaló con este hito comenzó la celebración de los 200 años de la parroquia, que será el 2024; y explica que se dará énfasis especialmente a compartir el valor patrimonial de ella como, por ejemplo, mostrar las partidas de nacimiento de 1824-1825, que son elementos de mucho valor histórico y cultural.
Además, quieren hacer partícipes a todos los habitantes de la comuna en esta conmemoración, pues saben que la parroquia ha sido parte de su vida y la de sus antepasados. En este aspecto, indicó el padre Juvenal que “queremos invitar a la comunidad a ser parte de esta celebración, compartiendo fotografías, escritos, para darle un rostro más colectivo a la celebración de la parroquia”.
Al finalizar la misa, se entregó al obispo diocesano, monseñor Guillermo Vera Soto, el informe final para ser presentado en la Comisión Nacional del Sínodo. Este documento es el fruto del proceso de escucha que se ha realizado desde octubre pasado en la Diócesis de Rancagua. De esa manera, la Iglesia diocesana cerró una etapa más de este “caminar juntos”.