- Religiosos y religiosas se reunieron este 15 de agosto en el Monasterio de las Benedictinas en Rengo.
Un fraterno encuentro vivieron religiosos y religiosas este 15 de agosto en que se celebró la Asunción de la Virgen y el día de la Vida religiosa. Por ello, se dieron cita representantes de 14 congregaciones presentes en la diócesis de Rancagua en el monasterio de las hermanas Benedictinas en Rengo.
La jornada comenzó con una reflexión que realizó junto a ellos el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto. “Esta es una jornada para agradecer lo que pasa inadvertido para tantos, incluso para nosotros mismos en la Iglesia: es bueno agradecer por la vida entregada, los tiempos en silencio y sin publicidad de tantas mujeres y hombres que cada día se empeñan en tener el corazón limpio, la mirada nueva y la fe inquebrantable; que trabajan sembrando con esperanza, con la confianza de que lo hecho por amor al Señor, tendrá que dar fruto”, señaló el obispo. Además, pidió mucha oración por quienes han consagrado su vida al Señor.
Luego, los consagrados participaron de una misa presidida por el obispo en el templo del monasterio. Para, finalmente, compartir fraternamente un almuerzo y una tarde de convivencia.
Los participantes de esta jornada destacaron la alegría de realizar esta actividad de manera presencial, pudiendo tener tiempo para reencontrarse y, en algunos casos, conocerse. Esto último porque en la actividad participaron las Hermanas del Camino, que se encuentran desde hace poco tiempo en Las Cabras y que por primera vez pudieron asistir.