Cada año con el Adviento se inicia un nuevo año litúrgico que recorre toda la vida, pasión y resurrección de Cristo. El Adviento son cuatro semanas previas a Navidad, para preparar justamente la venida de Jesucristo, el hijo de Dios, el redentor de la humanidad, que nació en Belén. Es un tiempo de esperanza, de alegría. Todo el Antiguo Testamento hablaba de la promesa de Dios, que enviaría al Mesías, al redentor. Por eso cada Navidad celebramos el recuerdo histórico del Cristo que vino hace casi 2000 años, pero también celebramos en la Eucaristía, en la palabra de Dios, en los sacramentos, en el rostro del hermano el Cristo que viene hoy. Adviento recuerda el Cristo que vendrá. Nuestra Fe señala la segunda venida de Cristo, cuando El haga definitivamente todo bueno y entregue a Dios, su padre, la humanidad redimida en plenitud, por eso es un tiempo gozoso, de esperanza, de conversión para acoger a Cristo y a su evangelio.