Sus restos fueron trasladados desde Santiago a Rancagua, donde los feligreses se despidieron y rezaron por su eterno descanso, en una Eucaristìa celebrada en la Catedral de la ciudad. Esta fue presidida por el Obispo emérito de Los Ángeles, monseñor Miguel Cavieres; y concelebrada por el Vicario General de la diócesis de Rancagua, monseñor Bernabé Silva; y el reverendo padre Alejandro Abarca, provincial en Chile de la orden Madre de Dios, además de varios sacerdotes y diáconos.
Más tarde, sus restos fueron trasladados a Chillán, donde el miércoles 27 de junio, se realizaron sus funerales en la Catedral. La Eucaristía fue presidida por el Obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin; y concelebrada por el Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic Karmelic, quien desarrolló la homilía.
El padre Jesús Grañón Martin, nació el 5 de noviembre de 1935 y se ordenó sacerdote en 1969 en la ciudad de Burgos, España. Llegó a Chile el 23 de julio de 1963 a Chillán. Posteriormente, en 1984, se trasladó como misionero a Iquique y luego a Rancagua.