Éstas son dos fiestas muy queridas en la tradición de nuestro pueblo y de nuestra región. Son varias parroquias las que están bajo el patrocinio de San Francisco de Asís y otras bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Rosario. La virgen siempre nos convoca más allá del título que pueda darle cada comunidad, es la misma madre de Dios, que es un ejemplo preclaro de lo que significa vivir al modo del Evangelio. Ella es la primera gran discípula de su hijo Jesús, porque escucha la palabra de Dios y la práctica. Por eso que en la fe y en la veneración del pueblo cristiano, ella ocupa un lugar principal, su hijo es el Salvador del mundo y ella fue la que nos regaló, a través de su cuerpo, a Cristo Redentor. Por eso el pueblo ama y venera a María. San Francisco de Asís, según entendidos especialistas, es el santo varón que vivió más profundamente el Evangelio en la historia humana, después de la virgen. San Francisco de Asís es el prototipo del hombre de fe que confía plenamente en Dios y pone su confianza total en Él y que hace del Evangelio una norma de vida absoluta. Francisco de Asís nos debe llevar a mirar su vida y a tratar de vivir en el hoy de nuestra existencia, nuestra propia fidelidad a Jesucristo y el Evangelio. Con la gracia de Dios estaré en alguna de estas parroquias que celebran que celebran a sus santos patronos: la Virgen María y San Francisco de Asís.
Por otra parte, en la capital regional, Rancagua, tuve la alegría la semana que recién termino de reinaugurar el templo de La Merced, también en honor a la virgen. Ese templo histórico, donde Bernardo O’Higgins estuvo presente en la Batalla de Rancagua y desde donde después recomenzaría con San Martín la Independencia definitiva de Chile, desde España. Creo que es muy sintomático que junto con los santos que celebramos estos días, la ciudad celebre su aniversario, porque de alguna manera todos los creyentes y todas las personas de buena voluntad estamos llamados a hacer de nuestra región y de nuestra capital regional, una ciudad digna, hermosa, habitable, preocupada especialmente de sus sectores más vulnerables para darles una mejor calidad de vida, porque, sobre todo, quienes tenemos el don de la fe, tenemos un compromiso con los hermanos, y trabajar para que nuestros barrios, los sectores más populares, tengan seguridad, buena iluminación, buenas calles, buenas viviendas, enriquece a la sociedad, cuando ésta se preocupa de sus hijos más desvalidos. Así que, también junto con la alegría de las fiestas patronales en muchas parroquias esta semana, nuestro saludo cariñoso a toda la comunidad rancagüina por este nuevo aniversario de la ciudad.