Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua enfatiza que elecciones son una fiesta de la democracia

- Al mismo tiempo, monseñor Alejandro Goic Karmelic, llama a los ciudadanos a ejercer el derecho a voto y a los candidatos sean verdaderos servidores de la comunidad.

La democracia se fortalece con la participación de los ciudadanos y una de las maneras de participar de toda la ciudadanía es con el voto. Hay una cierta preocupación de cuán importante va a hacer el porcentaje de los votantes. Personalmente, hago un llamado serio y responsable a todos los mayores de 18 años para que participen, porque la participación es indispensable, yo puedo tener o no un candidato, pero siempre queda la posibilidad del voto, a favor de uno o de otro o simplemente votar en blanco, porque no me satisface ningún candidato, pero ejercer el voto es un derecho ciudadano, es una manera de participación. La vida social y comunitaria requiere de políticos sanos, responsables y honestos, a veces, la gente se siente desilusionada, pero cuando se pierde la fe en la votación, en los procesos democráticos se pavimente el camino a caciques o a personas que tienen algún carisma, pero que al final traen más problemas que la democracia. Alguien dijo que la democracia es la forma menos mala de gobernar, porque uno en la democracia puede expresar su apoyo o negación, es una forma de participación. Cuando se pierde la democracia surgen las dictaduras o personalismos que lleva a los países a situaciones muy dramáticas. Mi llamado es a que todos los ciudadanos conscientes de su responsabilidad emitan su voto con libertad, con madurez y con profundidad.

Al mismo tiempo y con profundo respeto, les haría un llamado a los candidatos en el sentido de que la semana que todavía queda de campaña, haya transparencia en el hablar y en el actuar, que realmente los que ganen, porque habrá ganadores y perdedores, se hagan servidores de la comunidad, de toda la ciudadanía, especialmente de los sectores más desposeídos; y los que pierdan, también sigan sirviendo al país, porque al final del día 23, Chile seguirá siendo de todos, de unos y de otros. Uno puede servir a la comuna y a la patria de mil maneras, con su trabajo honesto, con su participación en grupos de la sociedad intermedios, que favorezcan el desarrollo y progreso de una comuna y también el desarrollo de la gente más humilde. Por lo tanto, vivamos esto como una fiesta. Las elecciones son una fiesta de la democracia. Más allá de las dificultades que hemos tenido y todavía tenemos, recuperemos la confianza y la esperanza, Chile a pesar de todo, es un país sano, respetuoso y, por lo tanto, trabajemos para mantener esos grandes valores y para perfeccionarlos en el correr el tiempo. En ese espíritu, deseo que todos participemos con alegría, con esperanza y confianza en el proceso eleccionario del próximo domingo 23 de octubre.