Con mucha alegría y una Catedral de Rancagua llena, el cardenal Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago, presidió la Eucaristía de celebración del centenario de la presencia en Chile de la Congregación Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Esta misa estuvo concelebrada por el obispo de la Diócesis de Copiapó, monseñor Ricardo Morales; y sacerdotes de la Diócesis de Rancagua. También estuvieron presentes delegaciones de las diferentes obras en Chile, como del liceo de Copiapó, misión en Vallenar e Isla de Pascua, residencia universitaria e Instituto Sagrado Corazón de Rancagua, además de autoridades locales.
En la oportunidad, el cardenal señaló que “hoy es un día que hay que estar contentos y dar gracias, porque creemos en Dios y porque en el tiempo que vivimos, pese a los problemas, la vida es bella y creemos en el Dios de la vida, y también creemos en ustedes (dirigiéndose a las estudiantes), que son las que formarán la nueva sociedad. Que tengan una celebración hermosa”.
La Eucaristía estuvo marcada por los cantos y alegría de las estudiantes, exalumnas, funcionarias y todos quienes han trabajado y han contribuido a lo largo de los años en esta gran obra de esfuerzo, entrega y generosidad de estas hermanas, que fieles al sueño de Madre Catalina, la fundadora, vinieron a Chile a enseñar el amor y la reparación.
Después de la Eucaristía, los asistentes se dirigieron a pie hasta el Teatro Regional de Rancagua para asistir a una obra, como parte de la celebración.