Los jóvenes son personas sumamente importantes para el presente y para el futuro de un pueblo, de una sociedad, y en este caso también para la Iglesia. Es tan importante este tema que el Papa Francisco ha determinado que el próximo Sínodo, la máxima reunión de los representantes del episcopado de todo el mundo, trate precisamente el tema de los jóvenes. Ellos son el presente y con los cambios culturales tan fuertes que está experimentando el mundo, son ellos -de alguna manera- los que viven esta nueva cultura; y de lo que se trata en clave de fe es de evangelizarlos y darles a conocer el mensaje y proyecto de Jesús y su Evangelio y eso supone una pedagogía nueva, una manera diferente de acercamiento a los jóvenes. Creemos que todo tiempo es tiempo de salvación y en este tiempo nuevo que viven, en particular, los jóvenes, Jesucristo también quiere llegar a ellos con su proyecto de vida, de amor, de solidaridad. Por lo tanto me parece profundamente significativo que nuestro Papa Francisco quiera poner este tema durante un mes para que los obispos del mundo entero lo analicen y propongan pistas más adecuadas para llegar a los jóvenes de hoy. Es un desafío enorme. Lo hemos visto también en las últimas elecciones: algunos han participado activamente e incluso algunos han ganado alcaldías importantes del país, pero la gran mayoría se ha restado de este compromiso cívico. Eso también es parte de una educación en nuestros jóvenes, para que fortalezcan la vida democrática del país, con su participación. Todos votando, los que tienen vocación para la cosa política sirviendo en eso y los que posean el don de la fe, comprometidos desde Jesucristo y su Evangelio.
En nuestra diócesis de Rancagua, tenemos la Pastoral Juvenil diocesana que, sin duda, el último tiempo ha tenido algunas dificultades, porque precisamente nos ha faltado una mayor reflexión de cómo llegar a los jóvenes. Sin embargo, hay grupos, aunque no son muchos, que son activos, generosos y solidarios que siguen participando con mucha fuerza en parroquias, movimientos y comunidades. Una expresión concreta la vamos a tener el 5 de noviembre cuando los jóvenes peregrinen desde Nancagua a Puquillay, en la XIII Peregrinación Juvenil en el contexto del Año de la Misericordia. Los jóvenes en esa montaña, que yo llamo santa, porque hay un santuario a la virgen, van a realizar su jubileo y ahí esperamos justamente re-entusiasmarlos en el seguimiento del Evangelio y de la persona de Jesús. La peregrinación es un espacio masivo, pero claro que lo importante es el trabajo permanente en la base de cada uno de los grupos que existen en los movimientos, en las parroquias, en los colegios. Desde ya, aprovecho para invitar a los jóvenes a participar en este gran encuentro masivo el sábado 5 de noviembre, a partir de las 08:00 de la mañana, en el estadio de Nancagua y desde ahí caminar hasta la montaña de Puquillay.