Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua llama a ser generosos en colecta de Caritas

Monseñor Alejandro Goic Karmelic señaló que donde no llega la justicia social debe existir la caridad, porque siempre habrá pobres, enfermos, ancianos y niños para acompañar.

Caritas significa caridad, amor. En cada una de las iglesias particulares, que llamamos diócesis o arquidiócesis, existe la preocupación por los que más sufren, por los más pobres, por los ancianos, por los niños que padecen necesidades particulares. También todo lo que significan las catástrofes, epidemias, inundaciones, incendios, etc. La Iglesia tiene el mandato de amar y servir al prójimo de manera concreta. Entonces, en cada diócesis se organiza lo que llamamos Pastoral Social, que en otras partes se llama Caritas o departamentos de Solidaridad, pero más allá de nombre, es la preocupación que tiene cada iglesia particular, en nuestro caso la Diócesis de Rancagua, para estar cerca de todas las necesidades humanas y en la medida de nuestras posibilidades ayudar a mitigarlas. Lo importante es que como Iglesia estemos cerca de todas las formas que toma el sufrimiento humano. A veces necesita la acogida, la cercanía, ver que uno está interesado con su problema. Por lo tanto, Caritas es la expresión concreta del amor de Jesucristo a los que más sufren. Si no existiera esta Caritas no sería verdaderamente la Iglesia de Jesucristo. Por eso es necesario potenciar cada vez los departamentos pastorales sociales o Caritas para ir en auxilio de los hermanos que más lo necesitan.

Cada año está la colecta nacional que se realiza en todo el país, autorizada por ley de la República, y es precisamente para sensibilizar a la opinión pública del país de la necesidad de ser solidario, porque más allá de la fe cristiana católica, todo hombre y toda mujer que vive en este país está llamado de tener un corazón solidario para que tantos hermanos y hermanas que carecen de lo necesario vivan con dignidad. Y en segundo lugar está la obtención de recursos que permita financiar en parte los grandes programas y proyectos que cada Caritas diocesana tiene para servir a los más humildes y a los más pobres. Por lo tanto, una invitación a todos a una actitud de gran generosidad y sobre todo a que tomemos conciencia que no podemos prescindir de los demás: si yo estoy bien, tengo que trabajar para que otros también estén bien. La justicia social es fundamental,  la caridad llega donde no llega la justicia, pero tenemos que trabajar para que todos los chilenos puedan participar de los bienes de este mundo, porque siempre habrá pobres, siempre habrá enfermos, ancianos débiles y frágiles para acompañar. Dios nos ayude y seamos generosos para aportar a las diferentes acciones sociales que la Iglesia desarrolla en nuestra región y en todo el país.