Monseñor, ¿Cuáles son los desafíos pastorales para el 2017?
La Iglesia va a seguir realizando su misión fundamental que es anunciar a Jesucristo y su proyecto del Reino de Dios, proyecto que es el reconocimiento de Dios como padre y el llamado a ser hermanos, esa es la misión permanente de la Iglesia. Obviamente en nuestro proyecto pastoral habrá algunos acentos teniendo como telón de fondo lo que acabo de señalar, entre esos acentos debemos trabajar intensamente en la preparación de animadores de celebraciones de la Liturgia, que es una de las conclusiones del Segundo Sínodo Diocesano. Quisiéramos que cada comunidad en cada una de las capillas, que son más de 700 y las 66 parroquias, puedan reunirse cada fin de semana para celebrar el día del Señor, y para ello necesitamos preparar laicos, damas y varones, que realicen estas celebraciones cuando el sacerdote no puede, porque, según el Código de Derecho Canónico, Canon 905 & 2, el presbítero no debería realizar más de 3 Eucaristías cada domingo. Queremos profundizar también en la renovación de la catequesis, en la misión de evangelización del mundo de los jóvenes y las familias, en una Pastoral Social que integre a todas las formas de sufrimiento humano tratando de responder desde la perspectiva de Jesús y del Evangelio. También queremos acentuar toda la dimensión comunitaria de la Iglesia, a través de los deferentes consejos: parroquiales, económicos, diocesanos, etc. En suma, los desafíos son permanentes de evangelizar, pero con los acentos que brevemente he expuestos.
Monseñor, el 2017 es un año electoral, usted como pastor, ¿Qué esperaría de los candidatos?
Es evidente que este año va a estar marcado por las elecciones presidenciales, parlamentarias, de consejeros regionales y no sabemos todavía si también va a haber de gobernadores; y lo que uno pediría es que aquellos que aspiran a estos cargos públicos sean verdaderamente personas que quieren ser servidores de todos, especialmente de los más humildes. Creo que la actividad política es muy noble e importantísima en la vida de un país. Lamentablemente en el último tiempo ha habido un desprestigio, pero más allá de algunos focos de corrupción que los ha habido, nuestra clase política todavía es sana y lo que uno esperaría, y trato de interpretar a las personas con las que comparto constantemente en parroquias y comunidades, es que haya honestidad, capacidad de entrega, respeto por la posición del adversario, porque al final del día, todos quienes vivimos en esta Patria estamos llamados a construirla, algunos van a ser gobernantes, otros van a perder, pero unos y otros son parte fundamental de nuestro país.
Finalmente quisiera al inicio de este nuevo año desearle a toda la comunidad regional, a todos quienes vivimos en esta maravillosa Sexta Región, tan bella, tan rica de dones naturales, que tengamos la capacidad de querernos, de respetarnos, de amarnos, de ayudarnos, porque ese es el espíritu verdadero de quienes hemos celebrado la Navidad: ser hermanos para los demás. En ese espíritu, un feliz año 2017 para toda la comunidad regional.