El obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, presidió la misa de Miércoles de Ceniza en la Catedral de Rancagua, este 14 de febrero.
Ante un templo lleno de fieles señaló que en este inicio de Cuaresma es bueno preparar el corazón para esperar la resurrección de Cristo. Por lo que invitó a los presentes a participar más en las misas y a confesarse, de hecho, un sacerdote estuvo atendiendo en el concesionario durante toda la ceremonia.
“Comencemos este camino cuaresmal con ilusión, con entusiasmo, queramos de verdad volver a Dios. La Cuaresma es un tiempo para volver al Señor, para tomar más en serio nuestra fe, para detenernos en medio de todas nuestras actividades y encontrarnos con Dios en la oración”, precisó el obispo de Rancagua.
Monseñor Vera señaló también que se invita a los fieles a vivir el ayuno y explicó que hay diferentes formas de ayunar, “se puede ayunar del pecado y de aquellas cosas que hoy día van ocupando nuestra vida, como por ejemplo, el celular o la televisión, y quizás leer un poco más la Palabra de Dios”.
El obispo instó a los presentes a realizar obras de caridad, a visitar a los enfermos, a los ancianos y a participar de la campaña de cuaresma de fraternidad.
Los fieles recibieron en su frente las cenizas y participaron con fe y devoción de la eucaristía.