“En el Día Internacional de la mujer, un saludo muy cariñoso para ti, mujer, esposa, madre, hermana, amiga, mujer consagrada.
Dios, en su plan de amor para con todos nosotros, ha querido que el hombre y la mujer puedan aportar cada uno lo mejor de sí mismo en la construcción de nuestro mundo. Y a ti, como mujer, el Señor ha querido colocar en tu corazón una especial capacidad para dar ternura, para entregar acogida, para dar cariño y eso es tremendamente importante en el mundo de hoy.
Qué importante eres tú. Qué valiosa es tu vida, tu entrega, tu generosidad, tu fortaleza, tu paciencia. Tú, que tienes tantos talentos, que Dios ha puesto ahí, en tu mente y en tu corazón.
Hoy, en este día (8 de marzo) como creyentes, como cristianos, contemplando a la bendita entre todas las mujeres, la Virgen Santa, cómo no desearte lo mejor y pedir que el Señor te bendiga abundantemente, para que con la generosidad que te caracteriza puedas seguir aportando para el bien de los tuyos y para que nuestro mundo sea un poco mejor. Sí, con tu cariño, con tu ternura, con tu generosidad, ayúdanos a todos a ser mejores.
Por lo mismo, quiero pedirle al Señor que le ilumine la mente y los corazones a los legisladores para que todas las legislaciones hagan posible que tú puedas realizar todo aquello que el Señor te ha regalado y que aporta a la conformación de nuestro mundo. Que sepa ser reconocida la dignidad que tú tienes y la importancia que tienes en la sociedad.
¡Muy feliz día a todas las mujeres, que el Señor les bendiga!”