El 13 de mayo, en distintas parroquias y comunidades se rezó el Rosario para honrar a la virgen y pedir por la paz mundial.
En distintos lugares del mundo el 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, los fieles se reunieron a rezar el rosario. Esta acción se replicó también en la Diócesis de Rancagua, donde un grupo de fieles se reunió junto al obispo diocesano en el oratorio San José, ubicado en dependencias de la Corporación Gaudí de Triana (en el Parque comunal de Rancagua) para rezar el rosario. “Esta una idea que ha surgido de hombres y mujeres laicos, que han querido -en este día de la Virgen de Fátima- rezar en distintos lugares para pedir el don de la paz, que vemos tan amenazada en todo el mundo y necesitamos alcanzar esa ayuda del cielo y la protección de la Virgen para alcanzarla”, explicó monseñor Vera.
Esta oración se sumó a la realizada en Rengo, Santa Cruz, Chépica, Machalí y muchas otras comunas, donde laicos y consagrados oraron a Dios y a la Virgen.
De acuerdo con lo explicado por los organizadores, se escoge este día, pues fue un día como hoy que la Virgen apareció por primera vez – hace más de un siglo- a los pastores de Fátima, a quienes María les pidió que rezaran el rosario todos los días para traer la paz al mundo y el fin de la guerra.
El rosario es un poderoso antídoto contra la “cultura de la muerte” de nuestra sociedad contemporánea, una cultura en la que se descarta cada vez más la dignidad y el derecho a la vida de los no nacidos, los discapacitados y los ancianos.
En estos días, entre las fiestas de la Ascensión del Señor y de Pentecostés, es bueno que estar unidos en la oración.
