Es un gran gozo poder inaugurar este templo y santuario, como ha sido un gran gozo poder reconstruir gran parte de los templos parroquiales que fueron destruidos durante el terremoto de 2010, gracias, como la opinión pública lo sabe, a la ley aprobada en el gobierno anterior y en el actual para poder contribuir con fondos del Estado a edificios privados de uso público. Eso permitió que pudiéramos reconstruir las sedes de los templos parroquiales y este viernes último tuvimos la alegría de dedicar y consagrar el templo reconstruido de La Compañía, donde se venera con tanto amor a la Virgen María y su advocación de Inmaculada Concepción. Es un templo histórico que tiene toda una tradición y que ha sido reconstruido magníficamente y donde la comunidad cristiana podrá seguir celebrando semanalmente su fe y cada año en la fiesta de la Inmaculada, esa hermosa peregrinación donde acuden peregrinos de toda la Región del Libertador y también de otras partes de Chile. Gracias a Dios y todos los que han hecho posible que pudiéramos restaurar éste y otros templos, que nos permite seguir celebrando la fe y seguir cumpliendo nuestra misión de servir a la comunidad regional con todo lo que somos y todo lo que podemos dar, para hacer cada vez una región más unida, más solidaria, más fraterna.
En lo que queda en el mes de marzo: el viernes 24 se dedicará el templo Natividad de María de Lolol, y el viernes 31 de marzo, el templo en honor de la Virgen de La Merced en la localidad de Doñihue, son estos tres templos, junto con el de La Compañía, que tendremos la alegría de dedicar y poner al servicio de todas las comunidades. Quedan algunos, sin duda, se está trabajando en Chimbarongo y en otros lugares; también nos faltan templos que no tienen ninguna posibilidad de ayuda como el de Santa Gemita de Rancagua, entre otros, pero finalmente después de siete años de ocurrido el terremoto, aproximadamente el 80% está reconstruido y seguiremos trabajando con esperanza, porque lo más importante, sin duda, es vivir al modo de Jesús y seguir el Evangelio. Después nos faltan algunos templos que son monumentos nacionales, como el de Codegua y San Francisco de Asís en San Fernando. Alguien escribió en un diario local que había un abandono de las autoridades eclesiásticas y civiles en relación a este último templo. Hay que comprender que estos tienen un tratamiento especial, porque son monumentos nacionales y no dependen directamente ni del obispo ni de ninguna autoridad local, sino de lo que determine monumentos nacionales. Finalmente, tenemos que dar gracias a Dios por todo el apoyo que hemos recibido y que confiamos en que cada comunidad y parroquia cuide sus lugares de culto y haga sobre todo una vida evangélica de servicio y amor a los demás, especialmente, hacia los más sufrientes de cada sector.