La mañana nublada y las intermitentes lloviznas no lograron disuadir a los miles de fieles que, como cada año, peregrinaron hasta el Santuario de Santa Rosa de Lima en Pelequén para rendir homenaje a la patrona de América, pagar sus mandas y pedir favores a la santa. Desde temprano, las calles del pueblo se llenaron de devotos que, con fe y devoción, se dirigieron al santuario diocesano.
En el lugar pedían la bendición a sacerdotes y diáconos que estaban en el exterior del santuario y pasaban a pagar su manda y participar de la misa.
La eucaristía central, que tuvo lugar a mediodía, fue celebrada por el obispo de Rancagua, Mons. Guillermo Vera, quien destacó la importancia de mantener viva la tradición y la fe en estos tiempos desafiantes. Además, se llevaron a cabo misas cada hora, permitiendo a todos los peregrinos participar en la celebración religiosa.
A las 16:00 horas, la imagen de Santa Rosa de Lima salió en procesión por las calles centrales de Pelequén, acompañada por cantos y rezos. Los fieles, muchos de ellos cumpliendo promesas, siguieron la imagen en un recorrido.
El rector del Santuario, el padre Juan Carlos Farías, señaló que la jornada se desarrolló con total normalidad, destacando la organización y el respeto de los asistentes. Además, invitó a que sigan asistiendo durante este fin de semana a honrar a Santa Rosa.
