Es viernes 27 de septiembre, el cielo se encuentra despejado y la laguna de Cáhuil silenciosa, como si esperase ser testigo de un singular acontecimiento. Pasadas las 15:00 horas comienzan a llegar los feligreses de Cáhuil, Espinillo, Barrancas, Alto Ramírez, Ciruelos, Nuevo Reino e incluso desde Pichilemu. Minutos más tarde nuestros Bomberos de la Segunda Compañía de Cáhuil aparecen en su flamante camión que guiará la caravana hacia el templo parroquial de Ciruelos. Son las 16:00 horas y, puntualmente, llegan en caravana los feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de las Nieves de Paredones con su pastor el Padre Fermin Castro Fuentes.
Se produce el momento más esperado, la entrega de la Reliquia de la Santa Cruz de Cristo y la recepción de la misma. Luego una pequeña, pero emocionante Liturgia presidida por el sacerdote que nos visita y cantada por los feligreses que le acompañan con piedad y devoción. Emprendemos la marcha hacia Ciruelos. Los sonidos de la sirena del carrobomba van indicando a los transeúntes y conductores que se encuentran por el camino que algo importante está ocurriendo. Varias familias han preparado altares hermosamente adornados fuera de sus casas como homenaje a esa pequeña partícula de la Cruz donde murió el Señor para salvarnos. Llegamos a la Pampa de Ciruelos, donde la imagen peregrina de San Andrés nos espera en un hermoso carruaje tirado por 2 briosos caballos para acompañar el trayecto hasta el templo parroquial. Muchos descienden de los vehículos y 4 mujeres cargan sobre sus hombros la angarilla donde se ha colocado la Reliquia de la Cruz para realizar a pie el trayecto final.
Las campanas jubilosas nos reciben e invitan a que participemos del Banquete Eucarístico y nos alimentemos del pan de los Ángeles. Celebramos la Exaltación de la Santa Cruz y nos trasladamos con el pensamiento más de 2.000 años atrás para contemplar aquel madero de donde pende la salvación del mundo.
En la costa si no hay comida no hay fiesta. Por lo mismo, después de la Eucaristía y de la veneración de la Reliquia, nos invitaron a todos a compartir unas ricas sopaipillas acompañadas de café, bebida o un rico navegado.
*Relato del padre Claudio Fuenzalida, párroco de la P. San Andrés de Ciruelos.