El fervor de la comunidad católica de la diócesis se ha hecho sentir en Malloa, en el marco de la fiesta patronal de San Judas Tadeo, que se celebra cada año el 28 de octubre. Para prepararla, desde el 1 de octubre, la imagen del santo ha recorrido diversas comunidades de la parroquia, en una tradición que busca fortalecer la devoción y la unidad entre los fieles. Entre las actividades previas a esta celebración, el pasado 22 de octubre, tuvo lugar la visita de la icónica camioneta verde de San Alberto Hurtado, que llegó hasta el templo de Malloa. La llegada de este símbolo de servicio y caridad incluyó una procesión por la plaza principal, seguida de la celebración de la misa, en la que participaron numerosas familias y representantes de distintos establecimientos educacionales. En esta jornada, los asistentes llevaron alimentos no perecibles que serán destinados a obras de caridad, demostrando el espíritu solidario de la comunidad.
En tanto que, el sábado el 26 de octubre se realizó el rosario del alba junto a grupos de “madrugadores” de Malloa y sectores vecinos. Esta devoción de madrugada marcó el inicio de un festivo fin de semana en honor a San Judas Tadeo.
La celebración de este domingo incluyó además de la misa tradicional, un momento de oración en la tarde con la participación de la cantante Marcela Gael, quien guiará adoración cantada ante el Santísimo Sacramento, invitando a los fieles a un encuentro profundo con Jesús. Finalmente,, 28 de octubre, se realizaron misas desde las 6:00 a.m. y además hubo una procesión encabezada por el padre Óscar Zúñiga.
El obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera estuvo presente durante toda la tarde para acompañar en el sacramento de la reconciliación y presidir la misa final de la jornada.
El padre Luis Piña, párroco de Malloa, expresó su agradecimiento a Jesús y a la comunidad: “Damos gracias a Jesús por la participación de la gente, por el cariño, por la fe que uno ve en cada comunidad. Lo que Dios nos regale va a ser lo que nosotros aceptamos con humildad y con cariño. Somo una comunidad viva, que quiere, que ama, con altos y bajos, con luces y sombras, pero amados por el Señor”, señaló.