Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua reflexiona sobre Sistema de pensiones en Chile

En el día del trabajo, monseñor Alejandro Goic karmelic se refirió a este tema y a los factores de nuestra realidad cultural que se relacionan con el sistema de pensiones.

Celebramos recientemente, en la Catedral, con una Eucaristía el Día del Trabajo y la memoria de San José Obrero, patrono de los trabajadores de todo el mundo.

En la homilía, entre otros temas, me referí al sistema de pensiones en Chile, tema delicado y complejo, que ha suscitado debates y manifestaciones públicas en todo el país.

 

GRATITUD Y ESPERANZA

Es necesario agradecer a los miles de hombres y mujeres, que a lo largo de sus vidas, con generosidad, honestidad y responsabilidad, trabajaron en diversos sectores de la sociedad chilena y que hoy están pensionados.

Conocemos la realidad de la inmensa mayoría de estos hermanos nuestros con pensiones bajísimas. Con los años llegan las enfermedades y situaciones difíciles y los ingresos que se recibían cuando se estaba activo y con trabajo disminuyen.

En un verdadero sistema de seguridad social debe existir el principio de solidaridad en que la persona aporta según sus capacidades y recibe según sus necesidades. Se hace, pues, urgente y necesaria una profunda revisión del sistema de pensiones para lograr que sean suficientes, dignas, decentes.

 

PALABRA DE PASTOR

No es mi palabra, una palabra de experto en este tema de las pensiones. Soy pastor dedicado al servicio de las  personas en una relación de cercanía y apoyo que me permite conocer sus alegrías y sus dolores, sus angustias y sus esperanzas, sus sueños y sus frustraciones. Desde esa experiencia, y con la enseñanza social de la Iglesia, hay tres factores de nuestra realidad cultural cuya relación con el sistema de pensiones es evidente.

 

1-      La centralidad en el lucro: Una sociedad centrada en el dinero y en el lucro, ha perdido su eje, se ha desvirtuado. Así nos ha dicho el Papa Francisco: “Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos no a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye”. (En Bolivia- 2015)

2-      El individualismo exacerbado. Hemos perdido el sentido de solidaridad, de preocupación real por el otro, particularmente del más pobre y débil. El concepto de bien común, el respeto de los derechos y de los deberes de cada persona.

3-      La ausencia de ética es el tercer componente en una sociedad dejada al arbitrio del mercado. La pérdida de confianza, la incertidumbre, la inseguridad y la falta de horizonte, nos hacen vivir en la inmediatez, en la sospecha y en la pequeñez. Así no se puede construir un país justo, equitativo y respetuoso de todos sus habitantes.

 

Un verdadero sistema de pensiones debe tomar en cuenta estos principios: la primacía de la persona humana, la solidaridad universal, la opción preferencial por los pobres, la subsidiaridad, la primacía del bien común. Y busca, las fórmulas técnicas adecuadas. Tarea de todos, especialmente del Estado, de los políticos, los empresarios y los trabajadores.

Un gran tema para este año de elecciones.

¡Dios nos ayude!

 

Les quiere y les bendice

+ Alejandro Goic Karmelic

Obispo de Rancagua