Con un profundo espíritu de servicio y entrega, más de 100 personas participaron en las Misiones Familiares de Schoenstatt en la Diócesis de Rancagua, llevando esperanza y fe a las comunidades de Corcolén, San Pedro y Cantarrana. Siete familias, acompañadas por un sacerdote, un seminarista y una hermana de Schoenstatt, compartieron una intensa semana de evangelización y actividades comunitarias, junto a otros jóvenes del movimiento.
María Paz Segovia, jefa de las Misiones Familiares de Schoenstatt Los Pinos de Reñaca, junto a su esposo Mauricio Rotter, relató que partieron en la región en 2020 con misiones en Peralillo, pero la pandemia interrumpió la labor por dos años. En 2023, retomaron el trabajo misionero en Corcolén, gracias al apoyo del padre Luis Piña, párroco de la Parroquia de Malloa.
El equipo misionero, compuesto por matrimonios con sus hijos, dedicó cada jornada a la oración y el servicio. “Comenzábamos con el Rosario a las 07:45, luego celebrábamos la Eucaristía y partíamos a las actividades”, comentó Segovia. Entre el 27 y el 28 de enero, realizaron talleres para niños, jóvenes y adultos; el 29, presentaron una obra de teatro en el gimnasio municipal; y el 31 organizaron un bingo comunitario, con premios aportados por los misioneros.
El sábado uno de febrero se vivió una experiencia que marcó a los misioneros y la comunidad, porque la reliquia de la Santa Cruz, que está recorriendo la diócesis, estuvo presente en la celebración de la Santa Misa que toda la comunidad comparte. Generando un ambiente de recogimiento y fe que fue emocionante para los asistentes.
La experiencia fue transformadora. “Misionar en un lugar rural es volver a los orígenes. La acogida fue maravillosa, la gente necesitaba sentirse escuchada, y nosotros también necesitábamos encontrarnos con ellos”, expresó María Paz.
Ante la consulta sobre un posible regreso, la respuesta fue clara: “Sí, con el padre Luis Piña ya estamos planificando volver a estos sectores”.
Las Misiones Familiares de Schoenstatt continúan su labor evangelizadora, demostrando que el amor a Dios se manifiesta en el servicio y la cercanía con quienes más lo necesitan.
