Conmovido y con voz ronca a causa de la bronquitis que lo aqueja, el Papa Francisco hizo un emotivo llamado a la paz al final de la audiencia general de este miércoles 12 de febrero. Desde el Aula Pablo VI, el Santo Padre reiteró su rechazo a la guerra, recordando que “siempre es una derrota” y exhortó a los fieles a la oración y la penitencia por el cese de la violencia en diversas partes del mundo.
“No nacimos para matar, sino para ayudar a las personas a crecer, para que puedan encontrar caminos de paz”, expresó el Pontífice, instando a los católicos a asumir la responsabilidad de ser agentes de reconciliación. Con la mirada cargada de preocupación, mencionó a los países que hoy viven el drama del conflicto, como Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán del Sur y el Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo.
El Papa recordó las diversas iniciativas de ayuno y oración promovidas durante su pontificado, en especial la jornada del 7 de octubre de 2024, en memoria de las víctimas del ataque terrorista de Hamás en Israel. En esa línea, animó a los fieles a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento humano: “Oremos por la paz. Hagamos penitencia por la paz”.
Dirigiéndose a los peregrinos franceses y polacos, Francisco instó a mantener el corazón “humilde y abierto” para escuchar el clamor de los hermanos que sufren, especialmente los enfermos, los abandonados y quienes atraviesan momentos difíciles. “Ayudadles y llevadles la esperanza que viene del Señor”, concluyó.
En un mundo marcado por la incertidumbre y la violencia, la voz del Papa resuena como un faro de esperanza, llamando a todos los creyentes a ser instrumentos de paz y testigos del amor de Cristo en medio del dolor.