• El obispo diocesano destacó la importancia de esta celebración, sobre todo, porque estamos viviendo el jubileo de la esperanza
Cientos de fieles acudieron masivamente a las misas celebradas este miércoles en los distintos templos y parroquias de la Diócesis de Rancagua, respondiendo al llamado del obispo Guillermo Vera. La jornada litúrgica estuvo marcada por la tradicional imposición de cenizas, rito que simboliza el inicio del tiempo de Cuaresma en la Iglesia.
El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de un período de 40 días de preparación espiritual para la Pascua, por ello, el obispo diocesano reafirmó la importancia de participar en las distintas eucaristías programadas por las parroquias, y destacó la relevancia de esta celebración, sobre todo, porque estamos viviendo el jubileo de la esperanza.
En Cuaresma, que es un tiempo de conversión, las lecturas del Evangelio invitan al arrepentimiento, la penitencia y el perdón. Lejos de ser un tiempo triste, la Cuaresma se presenta como una oportunidad de meditación y renovación para vivir plenamente la resurrección de Cristo.
En “Polvo eres y en polvo te convertirás” o “Conviértete y cree en el Evangelio”, señalaron los ministros al imponer las cenizas en la frente de los fieles. Este gesto busca recordar la fragilidad de la vida y la fugacidad de lo material, promoviendo un compromiso de cambio interior y acercamiento a Dios.
En un ambiente de recogimiento y devoción, tanto niños como adultos participaron de este significativo rito, manifestando su deseo de fortalecer su fe y mantener una vida más cercana a los valores del Evangelio.
