La vida del padre Pierre Dubois fue el primer tema que abordó Mons. Alejandro Goic, obispo de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile, en el programa “La entrevista del Domingo” de TVN. “Dedicó su vida a servir a nuestra patria. Fue un hombre de Dios que buscó la paz con un claro compromiso con el mundo de los mas pobres”, señaló el pastor.
Uno de los temas de la Carta Pastoral sobre los cuales fue consultado Mons. Goic es el lucro desregulado en la educación. Al respecto, junto con recordar que la gran mayoría de los establecimientos educativos católicos prestan su servicio en comunidades pobres y a familias de menores recursos, el obispo precisó que la reforma a la educación debería permitir que todos tengan acceso a una educación de calidad. Y manifestó que las universidades, como dice el documento episcopal, deberían orientar su misión a la formación de personas íntegras, que entran para aprender y salen para servir.
“El modelo de mercado a nivel mundial es un modelo inhumano, porque pone a la economía y no a la persona como el valor predominante”, apuntó el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal. En ese sentido, agregó que en alguna medida la Iglesia tiene que hacer un “mea culpa” por no haber sabido enseñar bien en sus colegios y universidades la doctrina social de la Iglesia que pone en el centro a la persona humana.
Crisis de credibilidad es reversible
Tras reflexionar en torno a la necesidad de un salario ético, Mons.Goic sostuvo que “es inconcebible que un salario no permita a la persona cubrir las necesidades básicas de la familia” y afirmó que la sociedad es un conjunto es la responsable de emprender los necesarios cambios para terminar con estas injusticias.
Citando lo que los Obispos afirman en su Carta Pastoral, el obispo afirmó que si no se comprende el trasfondo de las demandas sociales, el país podría hacerse ingobernable. “Yo creo que si fuera estudiante estaría protestando”, señaló ante una consulta del periodista Mauricio Bustamante.
Más adelante, Mons. Goic planteó que, así como hemos recuperado la democracia, y crecido como país en lo económico, ahora hay que responder a la sociedad que clama por una sociedad más justa, inclusiva y sin discriminación.
“La crisis de credibilidad es reversible. Sólo la santidad de la Iglesia va a cambiar esta situación que vivimos. La única manera es una mayor coherencia de vida junto a una cercanía real a los más pobres, enfermos, migrantes, a todos los sufrientes”, concluyó el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal.