El Papa Francisco recibió el alta médica el pasado domingo, tras permanecer casi 40 días ingresado en el hospital Gemelli de Roma. Antes de regresar a Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano, el Pontífice se asomó al balcón del centro hospitalario para saludar a los fieles y impartir la bendición apostólica, a pesar de las secuelas que aún enfrenta.
Con la voz frágil, el Santo Padre se dirigió a una de las mujeres presentes en el patio del hospital, manifestando su gratitud: “Gracias a todos. Veo a esta señora con las flores amarillas, ¡qué bien!”, expresó con afecto.
Aunque ha superado la fase crítica de su enfermedad, el Papa deberá mantener un período de convalecencia de al menos dos meses. Los médicos han recomendado reposo, limitando encuentros con grandes grupos y continuando con terapia farmacológica, fisioterapia y rehabilitación motora.
Antes de regresar al Vaticano, Francisco se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, donde rezó ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani, una imagen de especial devoción para él. Como gesto de agradecimiento, entregó un ramo de flores al Cardenal Rolandas Makrickas para ser colocado en el altar.
De vuelta en Casa Santa Marta, el Santo Padre seguirá un régimen de reposo supervisado, sin poder retomar de inmediato su exigente agenda. Su fortaleza espiritual y su cercanía con el pueblo de Dios siguen intactas, como lo demostró al despedirse de los fieles con su bendición. La Iglesia reza por su pronta recuperación, confiando en que su misión pastoral continuará con renovadas fuerzas.
A continuación, presentamos una crónica realizada por Vatican News, de la estadía del Papa en el hospital Gemelli, y cómo fue evolucionando su estado de salud: