Durante la jornada se reflexionó en torno a los desafíos y proyecciones para este nuevo año pastoral, que está marcado por el jubileo y el centenario de la diócesis
En el Instituto O’Higgins de Rancagua se llevó a cabo el pasado jueves 3 de abril el inicio del Año Pastoral 2025 para los decanatos de Rancagua y Purísima. La jornada congregó a más de 200 agentes pastorales, entre ellos sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos comprometidos, en un ambiente marcado por la alegría, el encuentro fraterno y el deseo de seguir caminando juntos como Iglesia diocesana.
Durante la jornada se reflexionó en torno a los desafíos y proyecciones para este nuevo año pastoral, que está marcado por el jubileo y el centenario de la diócesis. En ese contexto, el docente, Juan José Zamorano, ofreció una exposición que iluminó el camino a seguir en este año jubilar, aportando elementos clave para discernir el rumbo que debe tomar la pastoral en la diócesis, animando a los participantes a renovar su compromiso cristiano.
En la oportunidad, el Obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera, valoró profundamente la presencia de todos y los animó a continuar construyendo comunidad con esperanza y entrega, en sintonía con los desafíos que vive hoy la Iglesia. A los catequistas presentes, los instó a seguir dando a conocer el Evangelio sobre todo a los que están más alejados.
Además, el pastor diocesano llamó a los asistentes a ser portadores de la buena Fe y a que “trabajemos unidos en cada parroquia, sacerdotes y agentes pastorales; unidos como decanatos en proyectos comunes que se puedan realizar (encuentros, retiros, cursos de formación, apoyo misionero), aprovechando el talento de tantos y la cercanía geográfica que puede hacer que el trabajo sea más efectivo; trabajemos unidos como diócesis, atento a las motivaciones que van surgiendo para construir una Iglesia,”, dijo.
En ese ambiente de ser “familia de Dios” se dio paso a un compartir fraterno, marcando así el inicio de un nuevo año de trabajo para la Iglesia en Rancagua, con corazones dispuestos a escuchar, discernir y actuar con amor al servicio del Señor.