Nuestro país recuperó su régimen democrático a partir de 1990 y desde entonces hemos tratado de construir una nación con mayor justicia, con mayor respeto a la dignidad humana y creo que hemos avanzando bastante. Este proceso eleccionario que comienza hoy, con las primarias, es parte de esa recuperación de la democracia. Sin duda, a todos nos gustaría que el país fuera más unido y más respetuoso de los unos con los otros. En algunos debates previos a la elección primaria, hemos visto mucha descalificación, pero lamentablemente el ser humano es así. Como decía Winston Churchill ‘de todas las formas que el hombre ha inventado para gobernarse la menos mala es la democracia’, porque en la democracia existe el derecho a discrepar con altura de miras y no con descalificaciones. Lo que hoy comienza para llegar a la elección presidencial debe ser un tiempo de reflexión y de compromiso y de que cada uno participe en las elecciones, porque es una manera de ser parte de un pueblo, de un país y la historia de un país que la construimos todos, desentenderse de un proceso eleccionario, sobre todo, del más importante que será la primera vuelta y la eventual segunda vuelta, es una mala señal que indica que no me preocupa lo que pasa en mi país. Por eso recuperemos en el corazón de cada uno de nosotros el respeto a la vida democrática y comprometámonos a tratar con respeto y amor las diferentes posiciones que puedan existir.
Después de las primarias es evidente que se van a empezar a forjar las campañas para senadores, diputados, representantes de los Core y evidentemente del futuro presidente o presidenta de la República. Y las pasiones van a aflorar, pero para una persona de buena voluntad aunque no tenga el don de la fe, lo que es importante es profundar en lo que cada candidato señala, cuáles son las propuestas, sin demagogias, porque es fácil prometer este mundo y el otro, pero las cosas no son así, es necesario comprender que cualquier esfuerzo de cambio, de mayor justicia social, requiere de estudios, de recursos para lograr esos caminos. Por lo tanto, es necesario en nuestra comunidad, en nuestro país, una mayor educación cívica y no dejarse llevar por los slogan que quieren hacernos vivir en ilusiones, sino seguir siendo realistas y seguir trabajando por un país más justo, más solidario, donde se dignifique a todas las personas y de manera especial se trabaje por los que menos tienen, por los pensionados, por los más pobres, etc, Para un cristiano, la participación en política, desde votar hasta participar en un partido y eventualmente en un cargo público, son formas concretas de amor al prójimo y quien llegue a tener esta responsabilidad debe hacerse servidor de los demás, nunca servirse de este cargo para crecer sólo él, sino para que a través de esta responsabilidad pueda hacer el bien y contribuir al desarrollo global del país. Dios quiera que esta fiesta democrática que empezamos a vivir hasta las elecciones presidenciales, parlamentarias y de Core sea eso, una fiesta de amor a Chile y el compromiso de todos, se gané o se pierda, de seguir sirviendo a la Patria, que es la tierra que Dios nos legó como tarea y compromiso.