Desde el Centro de Espiritualidad Loyola, en Padre Hurtado, los obispos de Chile, entre ellos Monseñor Guillermo Vera Soto, participaron en la 131ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), marcada por un fuerte llamado a la esperanza, la justicia y el encuentro nacional, bajo el amparo del recientemente elegido Papa León XIV.
En un contexto global afectado por guerras y tensiones sociales, los obispos ofrecieron su primera Eucaristía por el descanso del Papa Francisco, agradeciendo su “luminoso ministerio”, y manifestaron su comunión y fidelidad al nuevo Pontífice: “Seguiremos trabajando por la nueva evangelización de nuestra patria”.
La Asamblea valoró con especial gratitud signos positivos, como la reciente Jornada Nacional de la Juventud, celebrada en La Serena, y el informe final de la Comisión para la paz y el entendimiento, impulsada por el gobierno. “Queremos ser signos de esperanza en medio del dolor de muchos”, expresaron.
No obstante, alertaron sobre desafíos urgentes: el crecimiento del narcotráfico, el crimen organizado, la inseguridad y la baja natalidad en Chile. Advirtieron que estos males corrompen el tejido social, afectando especialmente a los jóvenes, y expresaron su preocupación por los prejuicios hacia los migrantes que “contribuyen legítimamente al bien común”.
En vísperas del proceso electoral, los obispos hicieron un llamado al diálogo y al acuerdo, pidiendo a los actores políticos y sociales que dejen atrás los muros ideológicos y busquen consensos por el bien común de Chile.
La Asamblea concluyó con una invitación pastoral a todo el Pueblo de Dios: “Recuperemos la confianza, seamos signos de esperanza y cuidemos la dignidad de toda persona y la creación”. Bajo la protección de la Virgen del Carmen, la Iglesia en Chile renueva su misión, guiada por el Evangelio y en comunión con el Papa León XIV.
A continuación, el mensaje completo en formato PDF: