Monseñor Guillermo Vera, Obispo de Rancagua, presidió la bendición de la primera piedra de la futura Granja de Misericordia en la comuna de Rengo. “Jesucristo es la piedra angular; Él ha inspirado esta obra y para su gloria se quiere levantar”, expresó durante la ceremonia, que reunió a fieles, familias y servidores comprometidos con esta obra de misericordia.
La Granja de Misericordia será un centro católico de rehabilitación para personas que enfrentan el doloroso camino de la adicción a drogas y alcohol, y ofrecerá un proceso integral de sanación y transformación basado en la fe. En su etapa plena, acogerá hasta 50 residentes.
El modelo que guiará esta misión es la Cristoterapia, un camino terapéutico con raíz en la espiritualidad cristiana, que se articula en tres pilares: vida de oración, trabajo manual y agrícola, y vida comunitaria. Este método, probado en otros países, invita a los participantes a reencontrarse con su dignidad como hijos de Dios, a recuperar el sentido del esfuerzo y a reconstruir sus vínculos humanos desde el amor fraterno.
Uno de los momentos más conmovedores fue la procesión con el Santísimo Sacramento, que culminó con su entronización en la capilla del hogar de la familia Avilés, quienes liderarán este proyecto desde sus cimientos. La presencia de Jesús Eucaristía es signo de que Él será siempre el corazón de esta obra.
La Fundación Granja de Misericordia confía en que esta iniciativa será un verdadero signo de resurrección y esperanza. Como recuerda el Evangelio: “Estaba muerto y he vuelto a la vida, estaba perdido y he sido encontrado” (Lc 15,24).