Sabemos que a la Iglesia pertenecen todos los bautizados y es evidente que la mayoría de ellos son los hombres y mujeres que viven en la realidad del mundo, de la familia, del trabajo; en las empresas, en las artes, en las ciencias y en la política. Los laicos están presentes en todas las realidades de la sociedad. Acabamos de realizar ayer sábado una hermosa V Jornada Diocesana de Laicos con especial participación de jóvenes, justamente con el deseo de ayudar a que los laicos asuman su responsabilidad, que es doble en la Iglesia. Una responsabilidad es colaborar con los pastores en las diferentes tareas evangelizadoras. En la diócesis tenemos más de mil catequistas, la mayoría son mujeres, pero también hay varones, que enseñan los contenidos de la fe para la preparación de los sacramentos; otros laicos colaboran en los consejos económicos, en las pastorales sociales y en las diferentes comunidades cristianas de base. Esa es la primera gran tarea del laico, colaborar con los pastores en la difusión del Evangelio. La segunda gran tarea de los laicos es impregnar las realidades humanas con el hálito, la fuerza y los valores del Evangelio. Eso significa que deben prepararse adecuadamente para ser luz en las realidades humanas, por ejemplo, los laicos que tienen la vocación y el don de ser empresarios deben generar verdaderas comunidades de personas, donde los colaboradores se sientan parte de esta empresa porque participan de los frutos de ese trabajo. También los laicos en la acción política, tratando de desarrollar en la legislación proyectos que favorezcan la dignidad humana en todas sus formas. Es decir, los laicos están llamados a ser miembros activos al interior de la Iglesia, pero también al exterior de la Iglesia, procurando vivir los valores del Evangelio en esas realidades temporales y tratar de que ellas también puedan ser patrimonio de otros seres humanos.
El día 4 de octubre, a las 19:00 horas, en el salón auditorio del Instituto O’Higgins, el filósofo y escritor Sergio Micco Aguayo vendrá a conversar sobre los desafíos de los laicos en la hora presente de nuestro mundo. Quiero invitar a todos los laicos que puedan asistir a este encuentro. Sergio es un cristiano profundo formado en la Pastoral universitaria de Concepción y, nos va a permitir descubrir, a través de este diálogo, justamente lo que acabo de señalar sobre la doble misión del laico, particularmente en el compromiso con las realidades del mundo, para transformarlas según los criterios del Evangelio. Ojalá que sean muchos los hombres y mujeres de nuestra ciudad y de la región que acudan a esta reflexión, porque estoy seguro que los va a enriquecer en su búsqueda de vivir cristianamente y desarrollar a plenitud la vocación cristiana laical en nuestra sociedad.