- Ayuda en la remoción de escombros y una gran solidaridad han sido la marca de este siniestro que afectó a este “pulmón espiritual “ de la diócesis.
“Gracias por la preocupación de todos”, expresó sentidamente el párroco del Santuario de Santa Rosa de Pelequén, padre Juan Carlos Farías, luego de recibir la ayuda y los llamados de cientos de personas que conocieron la noticia del incendio que afectó al santuario, principalmente a la antigua casa pastoral, el miércoles 16 de febrero, después de mediodía.
Señala que el cariño que siente la gente por este santuario se hizo patente, lo que lo tiene muy conmovido y motivado para afrontar el trabajo que viene: demolición y proyecto de reconstrucción.
Su primera preocupación fue, junto a un grupo de voluntarios, limpiar el templo y remover los escombros, para poder seguir atendiendo pastoral y espiritualmente a fieles y peregrinos.
El incendio
El fuego, que fue sofocado gracias al valioso trabajo de Bomberos de Malloa y de comunas cercanas, dañó la sacristía y consumió la antigua casa parroquial, que albergaba las oficinas donde se pagaban las mandas. Sin embargo, la nave central del templo resultó sin daños.
El párroco de Santa Rosa, padre Juan Carlos Farías, explicó que son más de mil metros cuadrados de construcción los afectados por el siniestro y que estos corresponden a una construcción que después del terremoto de 2010 quedó en muy malas condiciones, siendo parcialmente habilitadas como oficinas.
El sacerdote hace hincapié en que está tremendamente agradecido por la solidaridad y el trabajo de todas las personas que permitieron que el siniestro no avanzara. “Hubo una solidaridad extraordinaria entre toda la gente que llegó a ayudar y rescatar los muebles e imágenes que pudieron hacia los patios para evitar que se siniestraran”, dijo. Además, agradeció a los bomberos de distintas compañías que estuvieron trabajando arduamente en el lugar.
El obispo diocesano, monseñor Guillermo Vera, también se hizo presente y destacó la acción de todos los que ayudaron a sofocar el incendio y motivó a que, pasado este momento de crisis, la comunidad se organice para ayudar a reconstruir este “pulmón espiritual” de la diócesis.
A futuro
Luego de la limpieza y evaluación de daños, el padre Juan Carlos señala que tienen que ver el proyecto de reconstrucción, junto a la Municipalidad de Malloa y al Obispado. Las reuniones entre todas las partes ya se están efectuado y se espera tener una propuesta concreta pronto, por el gran valor patrimonial y espiritual del recinto.
En ese contexto, la Seremi de Cultura, Lucía Muñoz, llegó el mismo día del incendio con un equipo de expertos para reunirse con el padre Juan Carlos. “Este templo tiene un tremendo valor histórico, religioso y social”, explicó la autoridad. Continuó señalando que “es un lugar muy querido y sabemos la importancia que tiene” y, en ese sentido, comprometió su apoyo para buscar caminos para la reconstrucción de lo destruido por este siniestro.