- El obispo diocesano, monseñor Guillermo Vera, invitó a los trabadores a que encuentren en Jesús su modelo, aliado y la fuerza necesaria para realizar sus labores cada día.
Para orar por todos los trabajadores y su dignificación se realizó en la Catedral de Rancagua la tradicional misa del Día del Trabajador, que fue organizada por la Pastoral de trabajadores de la diócesis, a cargo del diácono Genaro Díaz.
La eucaristía contó con la presencia de autoridades regionales, encabezada por el delegado Presidencial de O’Higgins, Fabio López Aguilera y la representante del Gobernador Regional, Teresita Reyes, junto a empresarios, trabajadores, dirigentes sindicales y sus familias.
La misa fue presidida por el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, y concelebrada por los sacerdotes Marcelo Lorca, Cristián Catalán y Hugo Yáñez.
En su homilía, monseñor Vera recordó cómo la Iglesia, a través de su doctrina social, ha abogado por la dignificación de los trabajadores y trabajadoras. Así, recordó que la Iglesia -a la luz del evangelio- ha iluminado al mundo en estos temas, y dijo que es labor de toda la sociedad procurar que no se vulneren los derechos fundamentales de las personas en el ámbito laboral. También instó a los presentes a orar para que no falte el trabajo a nadie y que sea en las mejores condiciones posibles para que cada uno pueda satisfacer sus necesidades.
Finalmente, pidió que el Señor bendiga el trabajo de cada uno y lo haga fecundo, para contribuir al crecimiento de nuestra Patria.
Mensaje del Papa
La dignidad del trabajo fue resaltada por el Papa al celebrarse en todo el mundo, este domingo 1 de mayo, el Día del Trabajador. Luego de sus conmovedoras palabras al recordar el sufrimiento del pueblo ucraniano atormentado por la barbarie de la guerra, el Pontífice saludó a los trabajadores en su día.
"Hoy es la Fiesta del Trabajo. Que sea un estímulo para renovar nuestro compromiso para que el trabajo sea digno en todas partes y para todos. Y que el mundo del trabajo inspire la voluntad de desarrollar una economía de paz”, deseó el Pontífice.
El Santo Padre también recordó la tragedia de todos aquellos trabajadores que han muerto desarrollando su labor. “Me gustaría recordar a los trabajadores que murieron en el trabajo: Una tragedia generalizada, quizás demasiado generalizada”, advirtió el Papa.