Monseñor Fernando Ramos, ¿Cómo ha sentido el recibimiento de la comunidad?
El viernes 6 de julio celebramos en la Catedral de Rancagua la misa de despedida a monseñor Alejandro Goic, quien estuvo 14 años en la Diócesis, oportunidad que también tuve una cordial bienvenida a la diócesis como administrador apostólico. Fue un momento bastante emocionante ver la Catedral llena de gente, con la presencia de algunos obispos de Chile, sacerdotes de la Diócesis, gente consagrada, religiosas, religiosos y mucha gente de las comunidades. Fue un ambiente muy festivo, de mucha acogida y expresión de cariño para despedir a monseñor Alejandro Goic y también para acoger al administrador apostólico que viene llegando.
Monseñor, estos días ha recorrido algunas parroquias ¿Qué le ha parecido esta primera aproximación?
En el poco tiempo que llevo en la diócesis he tenido la oportunidad de conocer las comunidades de Población y Lihueimo en Peralillo, también fui a Marchigue y Alcones, donde compartimos con los agentes pastorales. Además, he visitado la parroquia de Doñihue y la capilla San Benito en Rancagua. He notado mucho cariño en cada una de las comunidades que he visitado y compartido. Ellos me han expresado su acogida, su cariño y ganas de seguir participando en la Iglesia. Me han manifestado su dolor por la situación que ha vivido la Diócesis, pero al mismo tiempo han expresado todas sus ganas para seguir adelante, trabajando por la Iglesia para superar todas estas situaciones.