El Obispo de Rancagua, Alejandro Goic Karmelic, presidió este lunes 17 de junio una liturgia en la que se bendijo a los cerca de 30 trabajadores, que ya están laborando para que el sueño de contar con una nueva sede para el Obispado se haga realidad. Es así como en el fondo de la excavación, que se efectuó para cimentar la obra, se reunió con obreros y profesionales que están dando vida a este proyecto. Así, junto al vicario general de la diócesis, monseñor Bernabé Silva, pidió al Señor para que su labor se desarrolle sin accidentes ni contratiempos.
A la liturgia también asistió el personal que labora actualmente en la Curia diocesana y que se cambiará a la nueva edificación, además de sacerdotes y diáconos.
Un anhelado sueño
Desde hace varios años la Diócesis de Rancagua ha ido dando pasos para responder a la necesidad sentida por muchos sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes pastorales y sobre todo laicos de contar con una sede única para nuestro Obispado. De acuerdo a lo señalado en el Segundo Sínodo Diocesano, la actual dispersión en tres sedes (Curia en O´Carrol, Casa Pastoral en Campos y Caritas en Población Esperanza) es incómoda para quienes acuden al servicio diocesano, pero sobre todo afecta al servicio de varios departamentos, que no cuentan con oficinas o con salas para sus reuniones, o limita de manera importante las posibilidades de una mayor y mejor integración entre los diversos servicios.
Es por ello que se ha trabajado en la construcción de un edificio que de respuesta a estas sentidas necesidades de la Iglesia, por lo que hoy se está construyendo en Gamero 587 (que también tiene entrada por calle Astorga) esta obra.
Con respecto a cómo se gestó este proyecto, monseñor Goic señaló que “las necesidades pastorales ya habían hecho pensar a mi antecesor, monseñor Javier Prado, en la necesidad en un edificio más adecuado para poder satisfacer el servicio a todos nuestros fieles”. Es así como en la década del 90 ya se habían presentado propuestas y conseguido fondos. “Habían fondos que monseñor Javier Prado Aránguiz había podido obtener, yo también fui buscando ayuda con otras entidades tanto fuera como dentro del país. Teníamos todo listo para comenzar el año 2010 en marzo, pero obviamente con la tragedia del terremoto -que destruyó tantos templos y casas pastorales parroquiales, y tantas viviendas de nuestra gente-, no era el momento adecuado. Pero al mismo tiempo tampoco podíamos utilizar esos recursos, que habíamos obtenido en casi un 60 por ciento del total en otras obras que no tuviera esta finalidad”, comenta el obispo.
Ahora, que ya han pasado más de 3 años desde el terremoto y se ha ido solucionado en gran parte el problema de vivienda de las personas, especialmente de las más vulnerables con la ayuda del Gobierno y otras entidades; y que también los templos, se han ido reconstruyendo se tomó la decisión de partir con las obras en marzo de este año.
El proyecto, que tiene un costo aproximado a los mil 200 millones de pesos, está financiado en casi un 60 por ciento, faltando aún conseguir los recursos para su finalización.
Características del proyecto
El proyecto de sede para el Obispado está diseñado en tres pisos dejando el primero más público, con salas de reuniones de diverso tamaño y con acceso al auditorio para unas 300 personas, que ocuparía parte del subterráneo. Los pisos superiores se dotarían de oficinas apropiadas para los diversos servicios pastorales diocesanos.
“Estamos seguros que estas condiciones de mayor cercanía facilitarán el intercambio entre los departamentos ayudando a una mayor integración pastoral y, sobre todo, haciendo más cómoda la atención del Obispado a quienes acuden en busca de ella. Quisiéramos que en este lugar la calidez y la acogida sean el sello de quienes brinden el servicio”, señaló monseñor Alejandro Goic.