Monseñor, ¿Cómo es posible visibilizar a los pobres especialmente durante este Mes de la Solidaridad?
Ahora en el mes de agosto estamos en el Mes de la Solidaridad y uno de los aspectos que queremos subrayar este mes es la visibilización de la pobreza. Durante los últimos 20 ó 30 años, en nuestro país y concretamente en la Sexta Región, ha habido un proceso social económico importante, uno lo aprecia y las estadísticas demuestran que ha habido disminución de la pobreza, pero eso no significa que no haya pobres. Desde esa perspectiva este mes queremos realizar una reflexión e invitar a que miremos hacia el lado y nos demos cuenta que efectivamente todavía sigue habiendo pobres, personas que requieren de nuestra atención y acción para que como sociedad los veamos y nos hagamos cargo de ellos. Entonces el próximo 21 de agosto, en la sala del Concejo Municipal, se realizará el Foro Panel: “Cómo Visibilizar la Pobreza en la Búsqueda de Soluciones”, organizado por la Comisión Justicia y Paz y que busca generar una reflexión en torno a este tema. En los sectores más urbanos de nuestra Diócesis es donde podemos encontrar más gente en situación de pobreza, y esta no es solamente un problema de más o menos ingresos económicos sino también de oportunidades para enfrentar la vida y posibilidades para trabajar e insertarse en las redes sociales.
Monseñor, ¿Qué acciones concretas existen nuestra diócesis para enfrentar la pobreza?
Hay varias acciones, en primer lugar, en todas las parroquias existen los equipos de Ayuda Fraterna que van en auxilio de situaciones muy precisas. Y hay otro tipo de acciones que son estructuradas como las que se realizan en Caritas con el apoyo del Estado de Chile como es el caso de la Residencia para la Superación La Santa Cruz que está en Rancagua, donde un grupo de personas que están viviendo en situación de pobreza, no sólo tienen ahí un espacio para alojar sino también para que se inserten laboralmente, ya que uno de las formas de romper los círculos de pobreza es poder acceder al mercado laboral formal. Éste es un programa que es una respuesta muy clara y concreta de cómo enfrentar los temas de pobreza.
Monseñor, ¿Cómo los católicos podemos aportar a visibilizar a los pobres?
En primer lugar los católicos de forma individual, en la medida que tengan una mirada abierta y clara del lugar donde se desenvuelve pueden detectar situaciones de pobreza para intentar realizar alguna acción concreta. En segundo lugar, las comunidades parroquiales, de espiritualidad u otras organizaciones puedan ir en respuesta de situaciones concretas de forma más organizada y sistemática para colaborar. La pobreza nos afecta a todos, no sólo a algunas personas. La pobreza genera un círculo que va profundizando cada vez la experiencia de pobreza, que es no tener acceso al trabajo, a las redes de apoyo, a insertarse en la comunidad y pasa, como dice el papa Francisco, que las personas se van quedando en el borde de la sociedad y quedan marginados. Debemos cuidar que nadie en nuestro país, ni en nuestra diócesis, quede marginado de la comunidad.
Monseñor, ¿Cuál sería su invitación a la comunidad en este Mes de la Solidaridad?
Los invitaría a que, después de varios días del Mes de la Solidaridad, volvamos a reflexionar sobre cómo ser solidarios. A veces pensamos que cuando se habla de solidaridad son temas muy complejos, pero la verdad es que todos de una u otra manera podemos colaborar saliendo al encuentro de aquellos que más necesitan, puede ser incluso dentro de nuestra propia comunidad, acercándonos a quienes estén sufriendo de abandono o marginalidad. Recordemos que hay sectores de la población que son sensibles de entrar en una dinámica de vulnerabilidad, por ejemplo, los adultos mayores. Muchos de ellos se sienten un poco abandonados. Entonces creo que podemos tener una mirada atenta hacia las personas que están a nuestro lado y que pueden requerir de mayor atención y apoyo.