Monseñor, ¿Cuál es la importancia que en el sínodo de los obispos la temática principal sean los jóvenes?
Esta semana comenzó el sínodo de los obispos en Roma y efectivamente la temática principal son los jóvenes y el discernimiento vocacional. Creo que es una muy buena señal la que da el Santo Padre al convocar a representantes de todas las iglesias del mundo para que tengan como preocupación fundamental y hagan una reflexión que después va a iluminar la acción pastoral, la vida y los desafíos de los jóvenes. Los jóvenes son una fuerza vital muy relevante para la humanidad y particularmente para la vida de la Iglesia ya que son las generaciones futuras, y hay que acompañarlos, hay que estar con ellos, aprender de ellos y a la vez, transmitirles los grandes valores de la fe.
Monseñor, ¿Por qué es tan relevante la presencia y protagonismo de los jóvenes en la Iglesia?
Los jóvenes son las nuevas generaciones, ellos están entrando a la edad adulta desde su identidad personal o grupal, se están enfrentando a los desafíos de lo que significa la vida y ser personas adultas; son savia nueva y también deben aprender de las generaciones que los han antecedido en su vida. Ellos tienen una óptica, una visión diferentes a la que tienen los adultos, y ayudan con su perspectiva, con su análisis crítico a ir mejorando, en particular a la Iglesia.
Monseñor, ¿Qué están pidiendo los jóvenes a la Iglesia?
Los jóvenes son muchos, no hay una voz unánime, pero lo que uno percibe cuando hablan de la Iglesia es que ésta sea coherente. Hay un llamado muy fuerte a la coherencia con los valores del Evangelio y el estilo de vida que propone Jesús. También el ser acompañados, muchos de ellos se sienten solos en sus familias, en los ambientes de estudios, de trabajo. También el ser escuchados, ellos están entrando a esta edad adulta y traen una lectura de las situaciones que les toca enfrentar y ellos piden ser escuchados; y eso es muy válido porque permite entender muchas cosas desde su perspectiva.
Monseñor, ¿Cuál es la invitación de la iglesia diocesana a los jóvenes?
Lo primero es que puedan reflexionar sobre su fe, que puedan acercarse a las diferentes instancias diocesanas, parroquias, comunidades, movimientos, donde ellos puedan canalizar la formación de su fe, reflexionar sobre la vida y ver cómo pueden seguir avanzando. En lo particular, hay una invitación para el 10 de noviembre a la peregrinación al Santuario de Puquillay, donde vamos a un encuentro con la Santísima Virgen María. Toda peregrinación es reflejo simbólico de nuestra vida, muestra que estamos siempre en movimiento y ese es un momento de reflexión y escucha importante.