Monseñor, ¿Cuál es el valor de qué en Chile se celebre el Mes de María?
El Mes de María llegó a mitad del siglo XIX desde el Seminario Mayor Pontificio de Santiago, ahí se empezó a rezar el Mes de María siguiendo la tradición europea en primavera. En Chile comenzó a extenderse porque los sacerdotes que iban saliendo del seminario, lo llevaban a sus parroquias. Es un recuerdo de vincular la imagen de la Virgen María con la primavera, tiempo que tiene muchas flores. El Mes de María expresa el cariño a ella, rezando todos los días, como una demostración de su presencia en nuestras vidas.
Monseñor, ¿Qué virtudes de la Virgen María deberíamos imitar en la actualidad?
En primer lugar la acogida de la palabra de Dios. Al ser la madre del salvador, escucha esa palabra y entiende lo que significa y ve que la voluntad de Dios es una experiencia siempre luminosa e importante en su vida. La segunda virtud poner en práctica lo que dice esa palabra, no sentir como una amenaza la voluntad de Dios, sino como una oportunidad de crecimiento y de esperanza para estar en sintonía con Él. Una tercera virtud es estar a los pies de la cruz, ella no rehúye el dolor, la dificultad, ni la tragedia sino que enfrentar esas circunstancias acompañando a su hijo, ella acepta el dolor no como una tragedia sino con la frente en alto, es una oportunidad muy grande para nosotros, para darnos cuenta que esa es la forma de enfrentar las contrariedades de la vida.
Monseñor, como Iglesia ¿Cuáles son las principales peticiones para que la Virgen María interceda?
La Iglesia deja un campo abierto para manifestar sus intenciones. Como Iglesia de Rancagua manifestar que nos ayude con su presencia y su compañía a superar las dificultades que hemos tenido y que de poco a poco vamos caminando; que nos permita crecer en comunión y en respuesta a todas las personas, especialmente a los más vulnerables y a quienes se han sentido agredidos u ofendidas por la Iglesia. A nivel nacional, los chilenos encontramos en la Virgen María, en especial en la Virgen del Carmen, su intercesión para que podamos crecer en mayor entendimiento, mayor justicia y equidad y para que esta tierra sea bendecida para todos los chilenos que hemos nacido acá y también para todos los que están llegando a vivir en ella.