Monseñor, ¿Qué es un Instituto Secular?
Un Instituto Secular es una organización dentro de la Iglesia, que se constituye por personas que viven su vida cristiana con una especial consagración a Dios. Esto lo hacen junto a otras personas con las que forman el Instituto Secular. Estos se han potenciado enormemente después del Concilio Vaticano II, que abrió un camino para los laicos que quieren vivir su vida con una cierta consagración. Ellos, se distinguen de las religiosas y religiosos, porque no tienen votos de consagración. Ellos continúan sus vidas laicales en la sociedad y desde allí dan testimonio.
Monseñor, ¿Cuál es el aporte del laico consagrado en el mundo actual?
El aporte es dar testimonio de su vida cristiana y de su condición de discípulo misionero de Jesús, desde sus actividades habituales que desarrollan como laicos, desde sus trabajos u otras actividades que realicen. Ellos no se consagran para llevar una vida apostólica, en sentido de una pastoral explícita, sin embargo, con su vida transmiten sus valores cristianos y del Evangelio.
Monseñor, ¿En nuestra Diócesis existen Institutos Seculares?
Sí, en nuestra Diócesis está el Instituto Secular femenino Jesús Caritas, que se inspira en Charles de Foucauld, un sacerdote francés que vivió mucho tiempo en el norte de África y que su opción de vida era vivir en la pobreza y la entrega. Hay varias organizaciones que se inspiran en su obra y una de ellas está en nuestra diócesis, que les permite a los laicos vivir en sus casas, con sus familiares y desarrollando su vida laical, pero dedicados al Señor. También existe en la Diócesis el Instituto Secular Misioneras Diocesanas de la Santísima Trinidad.
Monseñor, ¿Se ha reunido con los institutos Seculares de la Diócesis?
En estos días tuve una reunión con los Institutos Seculares de la Diócesis para conocerlos y a la vez apoyarlos en su caminar. La Iglesia tiene diversas formas de vida, tanto consagradas a la vida religiosa, como laical, sacerdotal y diaconal. En el mundo laical también hay varias expresiones distintas, todas complementarias, que nos ayudan a vivir como pueblo de Dios.