Con la celebración de Miércoles de Ceniza, hoy a las 12:00 horas, en la Catedral de Rancagua, nuestro pastor diocesano, monseñor Alejandro Goic Karmelic, dará inicio al tiempo Litúrgico de Cuaresma.
Este es un tiempo que está marcado en las lecturas del Evangelio por temas sobre la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón. Pero no es un tiempo triste, sino más bien meditativo y de preparación para la Pascua.
El obispo diocesano señala que “la imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos”.
Monseñor Alejandro Goic agrega que “cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. Es así, como la ceniza se le impone a los niños y a los adultos”.
Por ello, es necesario recordar que la ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.
Debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.
En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.
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HORARIOS MIÉRCOLES DE CENIZA
Parroquia El Sagrario (Catedral):08:00 hrs., 12:00 hrs. presidida por el obispo de Rancagua; y 20:00 hrs.
Parroquia San Juan, Machalí: 20:00 hrs.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Rancagua: 19:30 hrs.
Capilla San Juan Leonardi, Manso de Velasco, Rancagua: 19:30 hrs.
Capilla San Benito, Grecia, Rancagua: 19:30 hrs.
Parroquia San Francisco de Asís, Rancagua: 19:30 hrs.
Parroquia Santo Cura de Ars, Rancagua: 19:30 hrs
Parroquia Santa Gemita, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia San José Obrero, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia San Agustín de Hipona, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia Madre de la Divina Providencia, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia Santísima Trinidad, Rancagua: 20:00 hrs.
Parroquia San Nicodema, Coínco: 19:00 hrs.
Parroquia Inmaculada Concepción, Peumo: 20:00 hrs.
Parroquia San Juan Evangelista, San Vicente de Tagua-Tagua: 20:00 hrs.
Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Pichidegua: 20:30 hrs.
Parroquia Santa Ana, Rengo: 20:00 hrs.
Parroquia San José, Requinoa: 19:30 hrs.
Parroquia Santa Rosa de Lima, Pelequén: 20:00 hrs.
Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Rosario: 20:30 hrs.
Parroquia Nuestra Señora de la Merced, Coltauco: 20:00 hrs.
Parroquia Nuestra Señora de la Merced, Doñihue: 20 hrs.
Parroquia Nuestra Señora de la Merced, Chimbarongo: 19:15 hrs.
Parroquia Jesús Crucificado, Los Lirios: 19:30 hrs.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen, San Fernando: 10:30 y 19:00 hrs.
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Mensaje para la Cuaresma de 2014, del Papa Francisco
En su mensaje el Santo Padre ha entregado una serie de principios y valores que queremos entregar algunos extractos:
“Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”.