Actualidad Diocesana

Obispo de Rancagua llamó hoy a recuperar el sentido de humanidad

Viernes 07 de Marzo del 2014
• Cientos de fieles llegaron hoy a la Catedral de Rancagua para participar de la Eucaristía de Miércoles de Ceniza presidida por Monseñor Alejandro Goic Karmelic.

Con la celebración de Miércoles de Ceniza, hoy a las 12:00 horas, en la Catedral de Rancagua, nuestro pastor diocesano, monseñor Alejandro Goic Karmelic,  dio inicio al tiempo Litúrgico de Cuaresma. Ante cientos de fieles, el pastor diocesano recordó que en este tiempo de renovación se pide la intensificación de tres prácticas: oración, ayuno y caridad.

Con respecto a la oración señaló que se hace más urgente ese encuentro comunitario y personal con Dios; sobre el ayuno afirmó que se trata de privarse de cosas legítimas para poner esos recursos a disposición de los más necesitados, por ejemplo, en la Campaña de Cuaresma de Fraternidad, pero también recordó que hay otro tipo de ayunos como “el tiempo que paso frente al televisor puedo dedicarlo a leer un libro de vida espiritual o a orar; lo mismo que el tiempo que se pasa en las redes sociales”, enfatizó. “Cada uno debe ver lo que más le conviene pero en este tiempo se debe notar que Dios es el centro de nuestra vida”, explicó el obispo Goic.

Así hizo un llamado a recuperar el sentido de humanidad y de compartir con los más débiles de la sociedad e invitó a llevar las alcancías de la campaña de Cuaresma de Fraternidad.

 

Miércoles de Ceniza

 

Este es un tiempo que está marcado en las lecturas del Evangelio por temas sobre la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón. Pero no es un tiempo triste, sino más bien meditativo y de preparación para la Pascua.

El obispo diocesano señaló que “la imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos”.

Monseñor Alejandro Goic agregó que “cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. Es así, como la ceniza se le impone a los niños y a los adultos”.

De este modo se inicia un período de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.      
En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.