Luchadora por su familia y sus semejantes, pero por sobre todo comprometida de corazón con su Iglesia. Junto al padre Vito Gianfreda (Q.E.P.D.) formó el “Comedor de los Reyes”. Lleva la comunión y asiste espiritualmente a los enfermos. Es catequista y hoy es integrante del grupo “Damas de Caridad San Vicente de Paul” del Hospital de Rancagua. Por su trayectoria y compromiso, es nombrada miembro laico de la Orden de la Madre de Dios, siendo una de las pocas personas que ostenta este nombramiento en el país.
Por toda esta vida de entrega fue destacada por Eduardo Soto, alcalde de la Municipalidad de Rancagua, en el Día de la Mujer, con la entrega de un premio especial, que recibió hoy en el auditorio municipal, ante gran cantidad de público.
Cabe señalar que la vida de Safira del Carmen Escobedo Jaña ha estado marcada por su vocación católica, especialmente ligada a la Parroquia El Carmen de Rancagua.
En 1953 se casó con Gil Toledo, destacado ciclista que representó a Rancagua en innumerables campeonatos y que fue campeón chileno de ruta en dos ocasiones, con quien tuvo seis hijos. Después de la muerte de su esposo, junto con hacerse cargo del negocio de su marido, de su madre, una hermana, sus seis hijos y luego de una pequeña, hija de una persona que colaboraba en las labores domésticas, Safira se entrega también a la labor parroquial.
La entrega pastoral
La primera actividad que emprende Safira es como captadora de la contribución a la Iglesia (CALI) y participa en el grupo de señoras que le colaboran al padre Vito Gianfreda en las actividades de ayuda fraterna para los más necesitados, participa en la organización y puesta en marcha del “Comedor de los Reyes”, actividad en que se les da almuerzo cada lunes a las personas más necesitadas.
A partir de 1978 comienza a su tarea como Catequista, labor a la que se entrega con esfuerzo y dedicación, primero como ayudante de una catequista y después como guía de grupos de mamás que buscan que sus hijos reciban la Primera Comunión. En esta labor, colabora también en la formación de las nuevas comunidades como Madre de Dios y en las rurales, además de la formación de adultos.
Su labor de catequista la desarrolla hasta ahora, ella le ha permitido formar a más catequista como asumir la Coordinación General hace algunos años atrás. Además la designan “Ministro Extraordinario de la Comunión”, en que su misión consiste en llevar la comunión a los enfermos. Su inquietud social también la desarrolla como integrante y durante un tiempo como presidenta del grupo de “Damas de la Caridad San Vicente de Paul” del Hospital Regional que ayudan y dan apoyo espiritual a enfermos de ese establecimiento.
Por toda su actividad y compromiso religioso, la Orden de la Madre de Dios, comunidad religiosa a cargo de la Parroquia El Carmen, la nombra como miembro laico de la Orden, dando el rango de Hermana, siendo uno de los pocos laicos que ostenta esta condición en Chile.
Safira nunca ha dejado de trabajar en la Iglesia, pero fue después que sus hijos se recibieron su título profesional: dos de ellos son ingenieros Comerciales de la Universidad de Chile, una profesora de educación física de la Universidad Católica de Valparaíso y otra profesora de Educación Básica de la Universidad de Santiago y comienzan a trabajar, que ella cierra sus pequeños negocios y se dedica exclusivamente a su labor en la parroquia.