Monseñor, ¿Cuál es el significado del sacramento de la Confirmación?
El sacramento de la Confirmación junto con el sacramento del Bautismo y de la Eucaristía, constituyen los tres sacramentos que se consideran de la Iniciación a la Vida Cristiana. Así como todos los seres humanos desarrollamos varios procesos y etapas durante nuestra vida para llegar a la época adulta, también en la vida espiritual se va acompañando en el proceso de crecimiento. El primer sacramento es el Bautismo, mediante el cual uno recibe el don de la fe y se integra a esta gran comunidad del Pueblo de Dios que es la Iglesia; luego se invita, cercano a los 10 años, a la Primera Comunión, es decir, poder acceder a la participación plena del gran banquete eucarístico y del cual podemos participar todos los domingos, donde escuchamos la palabra de Dios y nos alimentamos del cuerpo de Cristo. Y luego, cuando uno está en tránsito a la vida adulta o incluso ya ha llegado a ella, realiza el sacramento de la Confirmación, donde se confirma la fe recibida en el Bautismo, pero ahora de forma libre y autónoma. En ese momento, se recibe el don del Espíritu Santo, que permite caminar hacia y en la vida adulta junto a Jesucristo Resucitado.
Monseñor, ¿Cuál es la importancia de este sacramento para los fieles?
Con este sacramento se concluye la Iniciación a la Vida Cristiana y tiene todos los elementos para enfrentar la vida de forma adulta. Un adulto es aquella persona que vive en responsabilidad y libertad, con capacidad para discernir lo que tiene que hacer. No obstante, a veces la vida es tan compleja, tiene tantos desafíos, tantas inquietudes, que en algunas oportunidades también se necesita de la asistencia que permita iluminar nuestro caminar, y por eso el sacramento de la Confirmación, al regalarnos el don del Espíritu Santo, que nos acompaña para siempre, ilumina nuestra inteligencia y voluntad para actuar en sintonía con el proyecto de Jesús.
Monseñor, ¿Cómo se debe vivir este proceso previo y posterior a la Confirmación?
El proceso previo a la Confirmación se inicia siendo joven o también como adulto y requiere de un tiempo de preparación en el colegio o en las parroquias para hacer consciente qué significa confirmarse. Luego cuando viene el rito de la Confirmación, el obispo unge a cada uno de los asistentes con el prisma, que es un aceite impregnado de esta presencia del Espíritu Santo que nos acompañará por toda la vida. En la etapa posterior a la Confirmación hay que darle espacio al Espíritu Santo para que florezca en nosotros escuchando la palabra de Dios, participando en la Santa Misa, comprometiéndose con los demás, siendo una persona que tiene su norte y su preferencia puesta en el Señor.
Monseñor, durante todo este mes usted recorrerá muchas parroquias entregando el sacramento de la confirmación, ¿Cómo es la actitud de los jóvenes?
Desde octubre hasta este mes de diciembre he celebrado muchas confirmaciones. Esta diócesis es muy hermosa y vasta y veo que los jóvenes están muy emocionados y atentos a cada gesto de la celebración de la Confirmación. Es un momento muy esperado y donde están acompañados por sus familiares, esperamos que eso se proyecte hacia el futuro con su participación en la Iglesia.