Monseñor, muchas personas han denominado a la crisis sanitaria como una crisis humanitaria debido a los efectos económicos que se están produciendo ¿Cuál es la visión de la Iglesia al respecto?
Efectivamente una de las consecuencias de lo que estamos viviendo es la posibilidad de una segunda pandemia, por decirlo de alguna forma, y que va a ser la perdida de muchos empleos, familias que van a quedar sin sus ingresos habituales y que además va coincidir con la llegada del invierno, una crisis que en muchos sentidos es humanitaria. Ésta es una situación que hemos conversado en el Comité Permanente de la CECh y con las autoridades de gobierno, especialmente con el Ministro Secretario General de la Presidencia, Felipe Ward, y hay una preocupación porque esto viene. El gobierno ha tomado una serie de medidas del ámbito social que me parecen son oportunas. ¿Qué vamos a hacer nosotros, como Iglesia? A nivel país, a través de las Caritas diocesanas, se están organizando diversas iniciativas. En lo particular en esta diócesis, vamos a realizar una campaña que queremos llamar “Cinco panes y dos peces”. Esto significa que debemos procurar los recursos necesarios para entregar alimentos a toda persona que tenga esa necesidad y de dar calefacción. Estamos en conversaciones con empresas distribuidoras de gas para adquirirlo a un precio más barato. Junto con ello, estamos trabajando en los protocolos sanitarios para disponer todo lo necesario para realizar el armado de cajas de alimentación y entregarles a través de las parroquias. Durante estos días los párrocos deberán informar cuáles son sus requerimientos actuales y de los que puedan tener en un futuro inmediato. El Evangelio tiene que hacerse práctico y real, el amor al prójimo no es una teoría para la misa dominical, sino que se vive siempre y nosotros, como Iglesia, vamos a estar ahí, como siempre ha estado la Iglesia.
Monseñor, ¿Este será un aporte en alimentación?
Será un aporte en alimentación, ropa y calefacción. Calculamos una caja básica, equivalente a 50 mil pesos, para cuatro personas para 30 días. Estas cajas saldrán del aporte que vamos a realizar todos, al vivir de forma más austera y sobria. Esta es la gran oportunidad de vivir, de dar hasta que duela. ¿Cómo lo vamos a hacer? Recolectando los recursos necesarios a través de Caritas diocesana para establecer estas factorías con voluntarios. Estamos tratando que una persona que esté pasando dificultades, no tenga que vivir la tragedia de pensar ¿qué vamos a comer mañana? La Iglesia sabe cómo hacer estas campañas, las hemos realizado en otras oportunidades, a través del despliegue territorial de las parroquias, que no lo tiene ninguna otra institución.
Monseñor, ¿Cuándo se concretará esta iniciativa?
Querríamos que esto esté operativo a fines de abril. En este momento estamos en la etapa de planificación, qué productos va a llevar la caja, la línea de armado, de reparto a través de la Ayuda Fraterna y Caritas diocesana, los protocolos sanitarios. El jueves 16 tuvimos una reunión de planificación de la campaña. Los párrocos están trabajando en el levantamiento de información. Mucha gente nos va a tener que ayudar con sus donaciones.