Monseñor, ¿Cuál es su visión de cómo los chilenos estamos viviendo esta pandemia?
Como siempre las cosas tienen dos lados: por una parte, mucha gente está viviendo esta pandemia como corresponde, cumpliendo lo que la autoridad dice, dejándose guiar, llevando adelante toda las medidas de precaución, pero también se ve una realidad muy propia del pueblo chileno, que se refleja en cierto desorden y anarquismo, donde no se cumplen las medidas, gente que sale a las calles, que hace fiestas. Estas situaciones, en este momento de crisis muestra la verdadera realidad de una nación que, quizás, ha perdido virtudes que en el pasado hicieron grande al pueblo chileno en momentos de dificultad. ¿Cuáles virtudes? Por ejemplo, cuando hay momentos de gravedad todos se alinean con la autoridad de todo tipo, y no como pasa ahora donde prevalece un sentido crítico y vemos un triste espectáculo de los políticos, de los medios de comunicación resaltando lo negativo. He preguntado qué ha sucedido con los medios de comunicación en otros países y me han dicho que éstos han actuado diferente. Creo que muchos medios de comunicación, especialmente la televisión, quedó muy marcado por la crisis anterior que estábamos viviendo. Por eso llamo, con toda humildad, a que resaltemos lo bueno, dejemos de lado lo malo, usemos los canales que corresponden para llegar a las autoridades y hacer presentes nuestras críticas. Existen instancias. Se acaba de constituir, y yo pertenezco a ella, la Comisión Covid-19 interreligiosa, donde ya hemos tomado algunas decisiones, como que el próximo 17 de mayo vamos a tener la Oración por Chile. Estamos todos unidos porque en este momento hay algo en común y eso es lo que se debe transmitir. No un sentido de división, porque eso es muy negativo.
Monseñor, ¿Cuál debería ser la actitud para enfrentar esta crisis?
Quién soy yo para saber qué hacer en una situación como la que estamos viviendo. Entonces, confío en las decisiones que toman quienes han sido asignados par ello. Hay que hacer lo que dicen las autoridades. Y le pido a las autoridades que trabajen unidos, en comunión, que tomen decisiones unidos y esas las comuniquen y no en aquellas situaciones en las que están desunidos. Creo que es triste es espectáculo que han dado, discusión entre los alcaldes y el ejecutivo, el ejecutivo con salud y así entre ellos. Unidad, así se enfrentaron todos los desafíos anteriores. El país unido cada uno haciendo lo que le corresponde desde su puesto humildemente, sin sacar provecho de la crisis.
Monseñor, ¿Cómo podemos los católicos aportar a este momento?
Entiendo que es difícil estar en casa, no celebrar el día de la madre como quisiéramos e incluso aceptar algunas indicaciones que son del ámbito sanitario, pero la fortaleza nos hace llevar adelante las cosas difíciles y este es el momento en que se prueban las virtudes del pueblo chileno. También está la prudencia, que es la virtud que guía a todas las demás, es la que nos indica cuáles son los medios para llegar a un fin y ese fin es disminuir los efectos de esta pandemia, impedir que afecte a una gran cantidad de hermanos; y ¿Cuáles son los medios? Los que la autoridad nos indique. En ese sentido, la actitud es de unión.