Monseñor, en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, ¿Cuál es el mensaje para los sacerdotes?
Además de ser, el Sagrado Corazón de Jesús, una solemnidad muy importante para la Iglesia Católica, es el día que llamamos de “Oración por la Santificación del Clero” y por eso los obispos y administradores apostólicos de las diócesis de Chile hemos decidido enviar un mensaje a todos los sacerdotes, basado en aquel momento de la vida de Jesús, donde fatigado por el cansancio se sentó junto al pozo de Sicar. Un momento que nos permite recordar que Èl es nuestra fuerza. Jesús, el Mesías, en nombre de quien actuamos, sintió cansancio y fatiga igual que nosotros y se detuvo a tomar aliento para luego proseguir su misión redentora. Una mirada cercana al Señor, a través de su Sagrado Corazón, nos hace imitarlo en su naturaleza humana de manera de que la gente nos vea amables, sencillos, cercanos, dedicados a los demás, porque actuamos en nombre de Cristo. Un sacerdote no es un funcionario, un hombre bueno entregado a Dios como puede ser una mamá o un profesional, un sacerdote por querer expreso del Señor, como lo señala el Concilio Vaticano II y después “Aparecida” tenemos una consagración y una misión. Esa consagración es para actuar en nombre de Cristo en medio de un mundo que necesita al Señor. Por eso les hemos dicho a los sacerdotes y a nosotros mismos, que tenemos que servir al estilo de Jesús y ¿Cuál es el estilo de Jesús? Haciendo realidad aquella frase: “Yo no he venido a ser servido, sino a servir”.
Monseñor, en ese espíritu de servicio, los sacerdotes han seguido trabajando durante esta pandemia, en muchos casos desde el encierro y han puesto empeño en sacar adelante la campaña “Cinco panes y dos peces”, ¿Cómo ha avanzado la campaña?
Es un motivo de gran agradecimiento ver a nuestros sacerdotes, como se dice en buen chileno “sacándose la mugre” por sacar adelante la atención espiritual, a través de una infinidad de iniciativas que han ido creando. Por eso esta carta parte y termina agradeciendo a nuestros hermanos sacerdotes por su servicio incondicional, abnegado, que Jesús sabrá recompensar. Está el alimento espiritual tan necesario. Ahora ha aparecido esta segunda batalla que es alimento material. Este fin de semana vamos a entregar cajas solidarias en Rengo y con ello vamos a haber llegado a mil familias con alimentos y abrigo. En Rancagua hemos reunido aproximadamente la mitad de los recursos necesarios para la campaña y hay mucha gente generosa que sigue ayudando. Está trabajando mucha gente: hay dos conventos las Carmelitas Descalzas de San Bernardo y el Convento de las Hermanas de Master Dei de Buin, que están clasificando ropa. Los sacerdotes, en tanto, tienen la misión de recibir esta ayuda y descubrir quiénes más la necesitan y hacer que ésta llegue a esas personas. Pido que aprendamos a ser agradecidos, la campaña “Cinco panes y dos peces” está resultando un milagro del Señor como lo pedimos desde un principio en las dos diócesis. También esta semana se va a seguir repartiendo y han aparecido más voluntarios y donaciones en logística, como es el traslado de las cajas y otros materiales que hacen posible esta campaña. Es un gran movimiento de gente y de voluntades. Los invitamos a rezar por todos los que están trabajando por esta campaña, que es un signo de la presencia de Dios, de la Iglesia en medio de nuestro pueblo en momentos de dificultad.