Actualidad Diocesana

Comenzamos a vivir Año de la Misericordia

Lunes 14 de Diciembre del 2015
Con la apertura de las puertas santas de los templos jubilares de la diócesis

Con la apertura de la Puerta Santa de la Catedral, el domingo 13 de diciembre,  el obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic Karmelic, di inicio en la diócesis de Rancagua al año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. 

Nuestro pastor diocesano, monseñor Alejandro Goic Karmelic, acompañado del clero y decenas de feligreses, frente a la puerta de la Catedral de Rancagua, la cual estaba adornada con flores y un lienzo que decía Año de la Misericordia golpeó las puertas con su báculo en varias oportunidades y dijo “Abran las Puertas Santas para recibir la misericordia de Dios”, abriéndose las dos hojas de las puertas de la Catedral, mientras se escuchaba el canto de los fieles.

En la ceremonia participaron sacerdotes, el Vicario General de la diócesis, que es también párroco de la Catedral, padre Bernabé Silva y fieles de distintas parroquias.

 

LA HOMILIA

Durante su homilía el obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic Karmelic, señaló que con el rito celebrado afuera de la Catedral damos inicio al Año de la Misericordia en nuestras diócesis y en todo los templos jubilares del mundo, según lo dispuesto por el papa Francisco. En el Vaticano comenzó el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción; mientras que en el resto del mundo el tercer domingo de Adviento.

Explicó que “en el lienzo ubicado en la parte alta de la puerta de la Catedral se encuentra el símbolo que nos va a acompañar durante todo este año, hasta el 20 de noviembre de 2016. En él se muestra a Cristo cargando a un ser humano junto al lema “Misericordioso como el Padre” y que revela el rostro amoroso de Dios, que a través de su hijo nos manifiesta ese amor y preocupación por los pobres, por los más vulnerables, por los pecadores. Todos hemos pecado con mayor o menor intensidad, por eso Jesús es enviado por el Padre para levantarnos y día a día ir superando todas las formas de pobreza que se presentan en la humanidad”. 

“Abrir las puertas santas -enfatizó- significa que este es un templo jubilar, de peregrinación, donde cada uno de forma personal o comunitaria puede visitar para buscar el encuentro con Dios y recibir el sacramento del perdón. En nuestra diócesis hay otros once templos jubilares, además de los Santuarios de Schöenstatt de Rancagua  y San Fernando”.

En este Año de la Misericordia, Dios nos acoge a todos  y nos quiere salvar a todos, es por ello que cada templo jubilar tendrá misa todos los días y se incrementarán los horarios de confesiones.

En el momento de las ofrendas, se entregó la bula de la misericordia “Misericordiae Vultus”, con la que el Santo Padre invita a vivir este tiempo de gozo.